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La oración mariana del Regina Caeli con el Santo Padre. La solemnidad de la Ascensión es un adiós a los discípulos, un retorno al Padre, la coronación de la misión terrena, el inicio de la celeste.…Más
La oración mariana del Regina Caeli con el Santo Padre.

La solemnidad de la Ascensión es un adiós a los discípulos, un retorno al Padre, la coronación de la misión terrena, el inicio de la celeste. Las palabras del Papa Benedicto XVI que pronunció el domingo con motivo de la oración mariana del Regina Caeli en el atrio de la Plaza San Pedro, nos acercan a Cristo ascendido a la derecha del Padre.

De hecho, vino al mundo para devolver el hombre a Dios, pero no idealmente sino realmente, como pastor que quiere llevar todas las ovejas al redil. Y por nosotros, por todos nosotros, Jesús se encarnó, murió, resucitó y ascendió al cielo, llevando consigno nuestra humanidad.

Esta es la verdad, nuestra esperanza para el futuro: Dios en el hombre y el hombre en Dios. La descripción gráfica del Papa tiene un sorprendente efecto: la esperanza en Cristo es el ancla del creyente en el cielo. Este es el sentido de la Ascensión de Jesús: en él anclamos nuestra existencia terrena.