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¿Dios castiga? - Parte 1: La paradoja de Epicuro. José Miguel Arráiz, el 1.02.15 a las 6:17 PM Como lo prometido es deuda, inicio una nueva serie de artículos, donde analizo la nueva edición del …Más
¿Dios castiga? - Parte 1: La paradoja de Epicuro.

José Miguel Arráiz, el 1.02.15 a las 6:17 PM

Como lo prometido es deuda, inicio una nueva serie de artículos, donde analizo la nueva edición del libro “Dios no castiga” de Alejandro Bermúdez Rosell, que salió a la venta en Amazon hace poco más de una semana. En esta entrega comenzaré analizando una de las principales objeciones, que según sus propias palabras nunca se le dio respuesta. Esto es lo que dice:

Nunca hemos recibido una respuesta directa a las enormes objeciones que se presentan, filosófica y teológicamente, si se afirma que en efecto, Dios castiga…La filosofía plantea el desafío que tradicionalmente se ha conocido como la “paradoja de Epicuro". El desafío atribuido al filósofo griego Epicuro (341 - 270 AC).. es como sigue:

“O Dios puede evitar el mal y no puede;

O Dios puede y no quiere;

O Dios no quiere y no puede;

O Dios puede y quiere”

Si el mal existe, por tanto, o Dios es perverso, o Dios no existe.

A lo largo del 2014, quienes afirman que “Dios castiga” han sido incapaces de explicar la respuesta filosófica que el catolicismo tiene frente a esta paradoja, y se han limitado a repetir citas del magisterio y de la Escritura…
Quienes han venido insistiendo en que Dios castiga jamás han respondido cómo su propuesta teológica, que creen confirmada por el mero apilar citas, es compatible con la respuesta filosófica católica. A lo más alguno de los “castigadores” se han limitado a señalar en Twitter qué cosa No significa que Dios castiga…İSin explicar qué cosa sí significa que así sea!”


No es cierto que no se ha dado respuesta

Antes de comenzar es necesario aclarar en honor de la verdad que la afirmación de que no se le ha dado respuesta a esa interrogante no es cierta. Le recuerdo a Alejandro que a esa precisa objeción dediqué un artículo completo titulado:

Respuesta a Alejandro Bermúdez: El castigo es un mal que Dios pretende en orden a un bien mayor

Y no sólo yo, sino también Nestor Martinez, profesor de filosofía católica y mi compañero aquí en Infocatólica lo hizo:

La razón teológica y el castigo divino, por Néstor Martinez

Otra grave falta a la verdad la encuentro cuando sostiene que “a lo más alguno de los “castigadores” se han limitado a señalar en Twitter qué cosa No significa que Dios castiga…İSin explicar qué cosa sí significa que así sea!”. Eso es también falso dado que yo dediqué la primera intervención a explicar qué debe entenderse cuando se dice que Dios castiga.

No veo tampoco bien que se refiera ambiguamente a Fray Nelson Medina como “alguno de los castigadores“, perseverando en la actitud de ocultar a su audiencia la identidad y argumentos de sus oponentes. Fray Nelson Medina es un conocido teólogo y predicador internacional, que hizo su contribución al debate primero en Twitter y luego en su blog (Ver: En torno a una polémica teológica - Fray Nelson Medina). En dicha intervención Fray Nelson no pretendía volver a repetir lo que habíamos dicho, sino ayudar a clarificar cómo NO DEBE entenderse el castigo divino, de manera de no transmitir una imagen distorsionada de Dios. Lo mismo hizo Monseñor José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, cuando participó en el debate y afirmó que era un error negar que Dios castigaba, pero dijo que había que entenderlo correctamente[1].

El problema filosófico de Epicuro

Una vez aclarado lo anterior podemos entrar de lleno a analizar el problema filosófico de Epicuro, y si realmente representa una objeción en cuanto al tema del castigo divino. Pero antes, es oportuno repasar brevemente algunos conceptos básicos en teología, como lo son el significado de castigo, pena, mal, etc.

- El castigo es simplemente la pena que se impone a quien ha cometido un delito o falta.

- La pena es la privación de un bien que una criatura racional sufre involuntariamente por una culpa propia. La pena es, pues, un mal («malum poenae») que se deriva de otro mal («malum culpae»).

- El mal no es otra cosa sino ausencia de bien.

El problema filosófico de Epicuro plantea que si Dios existiera, no podría existir el mal a menos que o no fuera bueno o no fuera omnipotente. Alejandro parte de allí y recurre a un sofisma donde hace ver que como el castigo es un mal, Dios no puede nunca querer castigar.

Detrás de este razonamiento hay dos errores que es importante desvelar:

Artículo completo en infocatolica.com/…/1502010523-dios…
Yugo
Los jefes, los conductores del pueblo de Dios, han descuidado la oración y la penitencia, y el demonio ha oscurecido sus inteligencias; se han convertido en esas estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos perecer. Dios permitirá a la antigua serpiente poner divisiones entre los que reinan, en todas las sociedades y en toda las familias; se sufrirán penas físicas …Más
Los jefes, los conductores del pueblo de Dios, han descuidado la oración y la penitencia, y el demonio ha oscurecido sus inteligencias; se han convertido en esas estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos perecer. Dios permitirá a la antigua serpiente poner divisiones entre los que reinan, en todas las sociedades y en toda las familias; se sufrirán penas físicas y morales; Dios abandonará los hombres a sí mismos y enviará castigos que se sucederán durante más de treinta y cinco años.
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