💥ALMAS DEL PURGATORIO: "Es grandísimo, peludo, negro; jadea de una forma terrible"

💥EUGENIA VON DER LEYEN💥

Mis conversaciones con las almas del purgatorio

El monstruo

19 de Diciembre
. El monstruo llegó y se acercó a mí; ahora puedo distinguirlo claramente. Es grandísimo, peludo, negro; jadea de una forma terrible. Me defendí con la reliquia de la S. Cruz y con agua bendita. Se quedó mirándome y luego se fue por la ventana. No he visto en ningún zoológico algo tan monstruoso. Y este monstruo, repugnante y asqueroso, estuvo en mi habitación! Al amanecer vino Henrique. Yo: "¿Quieres rezar conmigo?". Él: "Quiero". Yo: "¿Sientes alivio con la oración?". Él: "Siento". Yo: "¿Por qué me tomaste nuevamente por el cuello?". Él: "¡[Porque estoy] en el tormento!". Yo: "¿No lo harás más?". Él: "¡No!". Yo: "¿Por qué no vas a tus parientes?". Él: "¡No hay camino que lleve a ellos!". Ahora es completamente distinto cuando rezo.

20 de Diciembre. El monstruo permaneció conmigo toda la noche. Estaba despierta y con la luz encendida, cuando él entró con estruendo por la ventana. Por fortuna se mantuvo alejado de mí, pero aquellos ojos!. Creo que no podría soportar muchas noches como ésta. Henrique vino dos veces, parecía que veía al monstruo porque en un momento se volteó hacia él; no me ha dado ninguna respuesta.

21 de Diciembre. Apareció nuevamente aquella sombra en mi habitación. Henrique estuvo aquí largo tiempo. Yo: "¿Pudiste ver aquel desdichado que ayer estaba aquí contigo?". Él: "Sí". Yo: "¿Es aún más infeliz que tú?". Él: "Sí". Yo: "¿Sabes quién es?". Él: "No". Yo: "¿Cómo puedo ayudarte mejor?". Él: "Sacramentos". Yo: "¿Te das cuenta cuándo recibo los sacramentos?". Él: "Sí". Yo: "¿Cómo?". Él: "Tú atraes". Entonces comenzó el estruendo y Henrique desapareció. Yo intenté rezar y aún con esto continuaba acercándose; tanto espanto sentí que tuve que salir de la habitación. Parece un simio, muy grande.

23 de Diciembre. Lo más terrible que he sufrido hasta ahora. El monstruo llegó con mucho ruido y se agachó en un rincón, mirándome siempre con aquellos ojos. Desde ayer había dejado de orar porque me sentía mal, reuní el poco valor que me quedaba y comencé de nuevo. Apenas había dicho unas palabras cuando el monstruo se lanzó con violencia sobre mí. No hubo dolor, pero experimenté tanto susto que quedé sin sentido. No supe que sucedió, de todas formas me recupere rápidamente; encontré la luz encendida aún pero ya no había nadie. Estaba exhausta por esto, pude descansar un poco. Luego vino Henrique pero por muy poco tiempo. Vi al Caballero y a "Los Once". La sombra me siguió por las escaleras. Volvió mientras preparaba el árbol de navidad.

Es un poco demasiado, pues me es muy difícil esconder todas las impresiones y vivir como alguien normal en medio de espíritus.

24 de Diciembre. Henrique estuvo bastante tiempo conmigo. Yo: "¿Estás mejor?". Él: "Sí". Yo: "¿Entonces pronto serás liberado?". Él: "18 x 7". Yo: "Al menos dime si aún hay aquí otras pobres almas conmigo, que no pueda ver todavía". Él: "Sí". Yo: "¿Por qué no las puedo ver?". Él: "No tienen permiso de mostrarse". Desapareció. La sombra vino nuevamente despues de la cena. "Los Once" bajaron conmigo a la Misa de medianoche. Después de esta Misa, estando aún despierta, vino aquel infeliz. Como yo estaba de pie pude ver que era casi el doble de mi estatura. Me espanté tanto que quise salir corriendo al pasillo, pero él se puso delante de mí. Yo: "¡No puedes hacerme nada, es Nochebuena!". Comenzó a gritar saltando de un lado para otro. Me arrodillé delante de mi pesebre, sin orar ni pensar, sólo llena de miedo por lo que todavía pudiese suceder. Aquel gemir a mi lado es insoportable. Al fin pude decirle: "¡Sí no puedes hablar aún entonces dame una señal, que yo te quiero ayudar!". Entonces se tiró al suelo y empezó a aullar como un animal. Lo rocié con agua bendita y lo acaricié un poco, pues era Navidad, pero fue una sensación terrible. Recé en voz alta pero él ni se movió ni gimió, como las demás veces. No se puede describir su apariencia; no está vestido, sólo piel y esos ojos!. Sin embargo me siento reconfortada, pues si fuese un espíritu malo no lo podría ayudar.
Henrique me despertó para la Misa de la mañana. Escuché que llamaban, me levanté y pregunté: "¿Quién es?". Respuesta: "Juan"*. *Él tenía dos nombres "Juan, Henrique". Me doy cuenta, y cada vez estoy más convencida, de que las pobres almas siempre me han despertado. La sombra nuevamente vino mientras me encontraba en el comedor; casi no pude evitar la sorpresa, me preguntaron qué me pasaba. Perdí el apetito.

Todos caminamos en la oscuridad

26 de Diciembre
. El pobrecito, como llamo ahora al monstruo, se quedó sólo un momento conmigo. Vi a "Los Once" delante de la puerta de la casa. Siempre están igual, con ellos no se puede nada, sin embargo son benévolos conmigo. La sombra permaneció largo tiempo en mi habitación durante el día.

27 de Diciembre. El pobrecito permaneció largo rato conmigo. Quise rezar y, de un golpe, se puso junto a mí; quedé en silencio. Vi que estaba todo cubierto de protuberancias que sangraban. Espantosamente repugnante. Lo único que quiero es que no me vuelva a tocar. Cuán débil es mi amor por aquel pobre miserable, que todavía me sigue pareciendo repulsivo. Cuánto he deseo tener más corazón con él. Repentinamente Catalina apareció de pie frente a mí señalandome su boca que antes era tan repugnante, ahora es toda resplandeciente. Me sentí tan contenta de verla así. Me sonrió. Yo: "¿Estás todavía conmigo?". Ella: "No". Yo: "¿Y por qué estás aquí ahora?". Ella: "Porque eres débil". Yo: "Sí, siempre soy tan débil, pero al verlo tengo una buena razón para sentir miedo de él,

¿Lo puedes ver?". Ella: "No". Desapareció. Fue algo bien hermoso y estoy agradecida, ahora los espíritus me ayudan a ser mejor. El pobrecito se fue de inmediato, fui capaz de vencerme y le dije: "¡Vuelve pronto!". (Es muy triste que a mi edad no haya sido capaz de entender aún lo que es el sacrificio: Debo decir "Sí", pero de hecho digo "No").

28 de Diciembre. Henrique aquí. Al verlo tan triste le pregunté el por qué. Él: "No me has dado nada". Yo: "Perdóname, lo sé, pero los demás me causan tanto pesar; ahora te ayudaré primero a ti. ¿Sabes quién más viene a mí, aparte de ti?". Él: "¡Todos caminamos en la oscuridad!". Más tarde vino el pobrecito, lo he observado bien: piel morena, protuberancias y heridas en el centro, por lo que pensé que el suelo estaría todo ensangrentado. Era horrible. Se me acercó y me miró detenidamente. Yo: "Todavía no puedo ayudarte mucho, primero debo ayudar a otro". Entonces comenzó a gritar y a correr por toda la habitación, luego se me acercó con un brazo alzado, rápidamente puse la reliquia de la S. Cruz frente a él. Empezó a gruñir como un perro rabioso, pero se quedó inmóvil. Su presencia me hace palpitar tremendamente el corazón porque me mira tan descaradamente que me produce mucho miedo.

No tiene aspecto triste sino agresivo. Ahora comienza la lucha que he tenido ya en otras ocasiones; debo amarlo y no soy capaz, pero sólo cuando amo, teniendo el alma envuelta en el terror, puedo hacer sacrificios. La sombra vino tres veces. Tengo curiosidad de ver que saldrá de ello, sin embargo no me asusta; es como un pedazo de pared que se mueve. Es totalmente singular lo que me intimida; me sorprende que a menudo me llama más la atención las cosas pequeñas que las verdaderamente espantosas: me asusto con un susurro en la habitación, cuando la aparición entra por la ventana en vez de por la puerta, también cuando siento respirar junto a mí, el ruido en la pared, etc.

29 de Diciembre. Henrique aquí; le he hecho un montón de preguntas pero no he obtenido ninguna respuesta. Empezó a rezar por su cuenta; cuando le rocié agua bendita se tranquilizó. El pobrecito vino más tarde, se agachó en un rincón y se quedó mirándome. Le dije: "Ven aquí, quiero rezar contigo, ¿Por qué eres como una bestia?". En un abrir y cerrar de ojos estuvo en mi cama. Cuando empecé a rezar gritó terriblemente, se tiró al suelo y comenzó a convulsionar.

Desafortunadamente no estaba cerca de mí la reliquia de la S. Cruz, le di agua bendita. Poco a poco su espasmo se calmó y se quedó tendido en el suelo. Pude ver bien lo grande que era y cuán lleno de protuberancias estaba. Su rostro es sólo una masa, con aquellos ojos. Conmueve el ver algo así. Me levanté y me arrodillé junto a él y le dije: "¿Por qué no me dejas rezar?, yo quiero ayudarte, sólo quiero ayudarte, ahora déjame orar contigo, ¡verás que te hará bien!". Dije el Padrenuestro y lo escuchó tranquilo, pero luego me sacudió con su espantoso brazo; fue una cosa muy dura. Dejé que lo hiciera pero luego le dije: "Yo te ayudo con mucho gusto si tú no me tocas". Siguió haciendo lo mismo. Continué rezando y, entre sollozos, empezó a sentir arrepentimiento. Al ver su miseria lloré también. Sucedió algo extraordinario: Se levantó y se arrodilló junto a mí. Entonces le hablé mucho de la gracia de la Navidad.

Pobre criatura, cuán terriblemente debe sufrir!. Le pregunté: "¿No puedes hablar todavía?". Hizo una señal de que no con la cabeza. Yo: “¿Me entiendes?". Me hizo una señal de que sí. Ahora nos hemos convertido en amigos. Desapareció inmediatamente. Fue algo bien difícil, pero ahora estoy contenta. Darle una alegría a un alma es mucho más bello que hacer felices a las personas. Cuán bueno es Dios, he sentido su presencia como nunca antes; debe ser así pues, de lo contrario, no podría. Lamentablemente debo decir que ahora hago pocas cosas para mí, estoy siempre en lo mismo; y si por la tarde busco alguna cosa en mi mesita, no encuentro nada que me interese. La sombra vino de nuevo a la hora de comer. En el pasillo encontré a "Los Once" (almas del purgatorio).

30 de Diciembre. Henrique estuvo aquí largo rato, pero con toda clase de oración que comenzaba estaba siempre descontento, cosa que manifestaba con suspiros y agitación. Finalmente se me vino a la mente el "Acordaos", entonces se calmó. Pensé que seguramente habría ido la Virgen a salvarlo. Así que le pregunté: "¿Qué sucedió para que hayas sido salvado?". Ninguna respuesta. Yo: "Lo quiero saber". Él: "Madre... cordia (Misericordia)", no le entendí bien. Yo: "¿Siempre la veneraste?". Él: "Sí". Esta conversación me encendió el corazón y me hizo muy feliz. Cuántas de estas preguntas ya había hecho sin haber obtenido respuesta.

31 de Diciembre. El pobrecito aquí largo rato, muy inquieto. Mientras estaba en el comedor llegó de nuevo la sombra, me quedé con la boca abierta en medio de la conversación y todos preguntaron: "¿Qué te ocurre que has puesto esa cara?". Esa pregunta me hizo sentir aún más estúpida de lo que ya me sentía. Una nueva dificultad: permanecer natural frente a lo sobrenatural.

2 de Enero. El pobrecito estuvo muy difícil; llegaba y se me acercaba cada vez más y gemía. Imposible rezar. Sentía tanto miedo de que me tocase, era lo que más me angustiaba, todo mi ser se rebelaba. Me alegré cuando llegó Henrique, con quien pude rezar. Luego el pobrecito se fue. Ya que me sentía tremendamente cansada dije: "Por favor déjame dormir, sigo rezando también por ti". Él: "¿Qué me habías prometido?". Se fue. Me sentí avergonzada por mi pereza.

3 de Enero. Me desperté sobresaltada. El pobrecito apoyaba sus manos sobre mí, fue algo terrible. Le rogué que se alejara y de inmediato me puse a rezar por él, pero estaba muy intranquilo; se fue de mi habitación a la de al lado, donde lo escuché hacer ruido por largo rato. Llegó Henrique llorando. Le pregunté: "¿Por qué estás así de triste?". Él: "Hay algo entre tú y yo". Yo: "Sí, lo sé, pero debo rezar también por lo demás". Él: "¡No debes!". Yo: "Pero siento tanto miedo cuando no puedo ayudar a aquel pobrecito, miedo de que me atormente". Él: "¡Soporta!". Y desapareció. Así es muy difícil, qué puedo hacer con aquel pobrecito?.

4 de Enero. Vino el pobrecito. Le dije que todavía no podría ayudarlo hasta que no fuese liberada la otra alma. Empezó a gritar y se lanzó sobre mí. Fue tremendo!. Más tarde vino Henrique. Yo: "¿Estás contento conmigo ahora?". Él: "Sí". Yo: “¿Debo hacer todo para ti

y para los otros nada?". Él: "¡Da de más!". Realmente él ve en lo íntimo de mí; yo podría dar aún más si no estuviese más en mí aquel "Yo".

5 de Enero. El pobrecito vino durante el día; pude ver toda su inmundicia y lo repugnante que es. No puedo explicarme de qué está envuelto su cuerpo, quizás no sea piel, pero de todos modos esta completamente lleno de úlceras e inflamaciones. Comparándolo con mi estufa pude notar su gran tamaño. Vino hacia mí con sus brazos extendidos. Me refugié en la torre. No me persiguió. Desapareció

6 de Enero. Por la noche tuve dolores y no vino ninguno; cosa extraordinaria, pero lo agradezco. El caballero en la Iglesia (era domingo).

ORACIÒN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO QUE TANTO NECESITAN DE NUESTRA AYUDA:

*Concédeles, Jesus mío, la paz eterna y luzca para ellas tu luz perpetua. Descansen en paz. Amen.

Por cada vez que lo recen, reciben las almas del purgatorio 300 días de indulgencia. Si ustedes rezan 50 perlas con esta jaculatoria...hagan la cuenta....

*ROSARIO POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO EN DIVINA VOLUNTAD
CON EXPLICACION (ÚNETE)

ROSARIO POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO EN DIVINA VOLUNTAD CON EXPLICACION (UNETE)

Eugenia von der Leyen - Mis conversaciones con las almas del purgatorio
tulosabestodo
Hola Josefa! El "monstruo" se llama Enrique, pero hay dos Enriques más me parece. Lo que no termino de comprender es si el Castillo dónde vivía la Princesa era o fue antes un Monasterio... saludos!!
Josefa Menendez
no creo que haya sido antes un monastrio. Generalmente pasaban esos castillos de funa amilia de nobles a otra familia de nobles. Hay una introducción bastante larga y bien explicada en este libro con respecto a todo eso. Voy a ver si la publico para el que le interese.
tulosabestodo
Gracias 😊
Liliana Gloria Calderon compartió esto
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