- El cardenal Gerhard Müller, ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha declarado su aprobación a una fuerte crítica del Sínodo del Amazonas y su documento de trabajo publicado la semana pasada por el profesor Douglas Farrow. en lo primero . Mientras alababa el artículo de Farrow como "muy apropiado", el Cardenal continuó lamentando a los líderes de la Iglesia que parecen no darse cuenta de que las fronteras del "viejo paganismo" de "idolatría y superstición" se están cruzando actualmente.
Los comentarios del Cardenal se producen después de que el Papa Francisco, junto con líderes indígenas y otros prelados de alto rango, participaron en una ceremonia de plantación de árboles el 4 de octubre en los jardines del Vaticano que incluyó a personas postradas ante un par de estatuas de mujeres embarazadas desnudas (ídolos de Pachamama), una ceremonia que algunos llaman "ritual pagano de fertilidad".
En su crítica del 17 de octubre, titulada El sínodo del Amazonas es un signo de los tiempos , Farrow escribió que, en nuestros tiempos, “incluso la fe de la Iglesia católica amenaza con desaparecer en los humedales de nuestras propias culturas confusas y en descomposición. Nuestros tiempos son tiempos en que la eco-teología en la cuenca del Amazonas y las teologías sexuales en las entrañas de Europa pueden, con un florecimiento 'liberacionista', arrojar el evangelio de Jesucristo por el desagüe de Leonardo Boff ”.
El verdadero peligro de nuestro tiempo, agregó, es "la Gran Apostasía, que se está desarrollando desde hace varios siglos" y que ahora produce una unión de personas que son "tan poderosas" que pueden "elegir papas" y realizar "negocios sucios en el nombre". de la Iglesia misma ". Es aquí donde Farrow declara que el Amazonas no se trata de un encuentro con Jesucristo, sino" consigo mismo y con sus propias tierras ".
Después de pasajes más largos, en los que Farrow está de acuerdo con muchos aspectos de la crítica del cardenal Müller al documento de trabajo del Sínodo del Amazonas (ver aquí , aquí y aquí ), el autor admite que incluso irá más allá de la crítica educada y educada del cardenal sobre esto. documento.
Farrow escribe: “Los kairos , la cultura del encuentro, que se alaba en el Sínodo Pan-Amazónico es un kairos y cultura bergoglianos . La iglesia 'llamada a ser cada vez más sinodal', a 'hacerse carne' y 'encarnarse' en las culturas existentes, es una iglesia bergogliana. Y esta iglesia, por no decir demasiado, no es la Iglesia Católica. Es una iglesia falsa. Es una iglesia auto-divinizante. Es una iglesia anticristiana, un sustituto de la Palabra hecha carne a la que pertenece realmente la Iglesia católica y a quien, como insiste el cardenal Müller, siempre debe dar testimonio si significa ser la Iglesia ".
El cardenal Müller le dijo a LifeSiteNews que el comentario de Farrow fue "muy apropiado".
El cardenal alemán continuó comentando sobre cómo los líderes de la Iglesia de hoy parecen haber fallado en darse cuenta de su participación en el "paganismo".
"Qué situación es que ni siquiera los obispos se dan cuenta cuando se cruza la frontera con el viejo paganismo", comentó.
El cardenal Müller comparó estos tiempos con la aparición de herejías cristiano-gnósticas en el siglo II , señalando a San Ireneo de Lyon que luchó contra estas herejías y no dudó en corregir a los papas de su tiempo.
A la luz del paganismo y el gnosticismo al reingresar a la Iglesia Católica en estos tiempos, el Cardenal declaró que los católicos deben obediencia incondicional solo a Dios solo y que, por lo tanto, una crítica de un Papa reinante a veces es un acto de caridad hacia un superior eclesial.
A la luz de la exhibición de símbolos paganos (por ejemplo, Pachamamas) en Roma en estos días, el prelado dice: "La distinción clara entre la fe en Dios y el paganismo en San Pablo no debe pasarse por alto: porque las personas intercambiaron la gloria del Dios inmortal". por imágenes que se asemejan a un ser humano mortal o pájaros o animales de cuatro patas o reptiles ... intercambiaron la verdad sobre Dios por una mentira y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador ''. (Rom. 1:23 seq.) "
Es aquí donde el prelado alemán advierte contra la idolatría y la superstición, que es un pecado contra Dios porque confunde al Creador con su creación. Müller afirma que “la adoración de Dios es la verdadera teología de la liberación del miedo, el miedo y la inseguridad que nos llega del mundo material y de nuestros semejantes. Y solo con la ayuda del Evangelio y la Gracia de Cristo puede una cultura desarrollar su influencia positiva y ser liberada del poder del mal ”.
En este sentido, el cardenal Müller recordó las palabras pronunciadas por San Pedro: "Tú eres Cristo, el Hijo del Dios viviente". Declaró que la Revelación de Dios no necesita "enmiendas", y agregó que "sería el peor ambiental contaminación que haría inhabitable nuestro planeta ".
El Cardenal Müller concluyó con las palabras penetrantes: "Si el Verbo Encarnado, ¿Quién estuvo con Dios y es Dios, ya no moraría entre nosotros y dentro de nosotros, dónde habría lugar para nosotros?"
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Declaración completa del cardenal Müller
Un artículo muy apropiado. Aquí [en Roma], uno no escucha nada. Nada se libera al exterior, excepto que existe una inmensa presión sobre quienes piensan de manera ortodoxa y católica. Qué situación es que ni siquiera los obispos se dan cuenta cuando se cruza la frontera con el viejo paganismo. Ahí es donde están los verdaderos "conservadores" o "archirreaccionarios", cuando uno interpreta estos términos en el sentido propio de Cristo, que es la nueva novedad de Dios que no puede ser superada.
Por ejemplo, antes y durante la época de San Ireneo de Lyon, que nos ha dado sus cinco libros "Contra las herejías", que hoy son nuevamente muy relevantes, algunos se dejaron "cautivar erróneamente por la llamada Gnosis. Algunos que lo profesaron, se han equivocado y se han alejado del camino de la Fe ”(1 Tim. 6:21). Ireneo había pasado algún tiempo en Roma y había luchado allí contra las herejías cristiano-gnósticas. En el siglo II , es el defensor más importante de la primacía romana, pero eso no le impidió pedir personalmente al papa Eleuterio y al papa Víctor I que elijan enfoques más sabios y más justos.
El hombre solo está obligado a obedecer a Dios interior y exteriormente, mientras que la obediencia hacia los superiores eclesiales y civiles es meramente condicional con respecto a su propia autoridad para la comunidad que lideran y de la cual deben rendir cuentas ante Dios. Es por eso que puede ser necesario en la conciencia de uno negarse a obedecer un orden concreto, sin poner en duda la institución de los superiores eclesiales (Tomás de Aquino, S. Th. II-II q. 104 a. 5). Cuando San Pablo resistió a San Pedro, que era claramente superior jerárquicamente a su rostro, no era una correctio fraterna en el ámbito privado, sino que era una defensa pública de la Fe en su plenitud y a la luz de sus consecuencias internas y externas. Dado que, en lo que respecta a la defensa de la Fe, todos los apóstoles y obispos tienen las mismas responsabilidades, el mismo San Pablo podría, como Apóstol, corregir públicamente al Apóstol San Pedro en el mismo nivel, sin poner en duda su cargo. , que le fue confiada por Cristo. (Tomás de Aquino, S. Th. II-II q. 33 a. 4)
“Pensar que uno es mejor que el superior parece ser un orgullo presuntuoso. Pero considerarse mejor en ciertos aspectos no tiene nada que ver con la presunción, porque, en esta vida, no hay nadie que no tenga ninguna deficiencia. También debe notarse que el que amonesta a su superior en el amor de Dios, por lo tanto, no se considera más alto (véase Ibid , II-II q. 33 a. 4 ad 4); pero, más bien, él solo ayuda a quien, cuanto más alto está, está en mayor peligro ", como dice San Agustín (Epístola 211)".
Digamos mucho con respecto a la moda actual de los ignorantes para dividir a la Iglesia en dos campos: los enemigos del Papa y los amigos del Papa, como si la relación personal-privada con un Papa en particular fuera la base. de la primacía romana con respecto a la doctrina de la fe y la moral, y dada la comunión jerárquica de los obispos con el papa.
El papado es de derecho divino y, por lo tanto, no se basa en el número de seguidores de Facebook ni en la aprobación inconstante de periodistas y oportunistas.
La clara distinción entre la fe en Dios y el paganismo en San Pablo no debe pasarse por alto: porque las personas "intercambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que se asemejan a un ser humano mortal o pájaros o animales de cuatro patas o reptiles ... intercambiaron la verdad acerca de Dios como mentira y adoró y sirvió a la criatura en lugar del Creador "(Rom. 1:23 seq.)
La adoración de Dios es la verdadera teología de la liberación del miedo, el miedo y la inseguridad que nos llegan del mundo material y de nuestros semejantes. Y solo con la ayuda del Evangelio y la Gracia de Cristo puede una cultura desarrollar su influencia positiva y ser liberada del poder del mal.
Objetivamente, la idolatría y la superstición son los pecados más grandes de todos, basados en una confusión entre el Creador y la criatura (Tomás de Aquino, S. Th. II-II q. 94 a. 3.), que solo puede ser superada por la herejía de aquellos que ya han recibido la verdadera Fe a través de la proclamación de la Iglesia, en contraposición a los paganos que, sin su propia culpa, aún no conocen el Evangelio.
En la tumba de San Pedro, la religión católica siempre debe irradiar verdad y claridad, porque este Apóstol [Pedro], en sus seguidores (junto con todos los obispos y fieles), responde a la pregunta "¿quién crees que soy?": " Tú eres Cristo, el Hijo del Dios viviente. ”(Mt 16:16). Y esto no le ha sido dado a través de un diálogo con personas de ideas afines o consigo mismo, sino, más bien, a través de la Revelación del Padre por el Hijo. La Fides Petri [la fe de Pedro] es la base de la Iglesia católica. La profesión de fe no debe reinventarse, adaptarse a voluntad o reinterpretarse siempre que parezca necesario. La fe es el poder de la Palabra de Dios en el corazón de la Iglesia y, por lo tanto, no es un fósil del pensamiento humano obsoleto. La revelación está en Cristo para siempre presente en toda su plenitud en la Fe de la Iglesia. No podemos agotar esta fuente hasta que Él regrese al final de los tiempos. Pero tampoco debemos querer mejorarlo mediante enmiendas humanas supuestamente necesarias. Esa sería la peor contaminación ambiental que haría inhabitable nuestro planeta. Si el Verbo Encarnado, ¿Quién estuvo con Dios y es Dios, ya no moraría entre nosotros y dentro de nosotros, dónde habría lugar para nosotros?
