Francisco sobre las canonizaciones: “Benedicto y yo estamos en la lista de espera”

Los mortales no tenemos datos para decir si hubo o no virtudes heroicas. Lo que sí se pueden dar impresiones. Estar a su lado transmitía tristeza. Era un hombre muy listo, muy afrancesado. Con 25 años ya había entrado a trabajar en la Secretaría de Estado. Y desde que publicó la Humanae Vitae fue un hombre sufriente, y las artrosis que le impedían moverse eran muy dolorosas.

Ante su confidente Jean Guitton hizo, poco antes de morir, esta confesión dramática: “Hay una gran turbación en este momento de la Iglesia y lo que se cuestiona es la fe. Lo que me turba cuando considero al mundo católico es que dentro del catolicismo parece a veces que pueda dominar un pensamiento de tipo no católico, y puede suceder que este pensamiento no católico dentro del catolicismo se convierta mañana en el más fuerte. pero nunca representará el pensamiento de la Iglesia. Es necesario que subsista una pequeña grey, por muy pequeña que sea”.

Lo que es difícil de entender cómo sus hombres más cercanos fuesen masones: Bea y Villot(Secretarios de Estado), Benelli(Sustituto de la Secretaría de Estado), Monduzzi (Regente para la Prefectura de la Casa Pontificia) y Macchi (Secretario Privado). Si a esto añadimos a Bugnini, el masón que hizo la Reforma litúrgica y por tanto autor del Novus Ordo Missae. ¿Se los imponían? ¿No era consciente que el Papa por la mañana decía blanco y por la tarde salia un decreto de la Secretaría de Estado diciendo que era negro?