MAYO CON MARÍA: Día 10: Confianza

Alexia es una niña que murió con 16 años de un cáncer. Simpática, con muchas amigas, alegre... La amistad con Jesús y con María la ayudó a llevar con alegría su enfermedad.

Escribía una carta a sus amigas del colegio:

"La operación duró diecisiete horas, me pusieron una escayola que me cogía medio cuerpo y en donde se sujetaban dos hierros que, a su vez, mantenían mi cabeza firme mediante una corona, también de hierro, con cuatro clavos sujetos a los huesos de la cabeza.

Estuve un día y medio en la UCI con tubos para poder respirar, que más bien parecía que eran para ahogarme. Lo pasé mal, pero las enfermeras eran tan cariñosas y tan preocupadas, que lo hicieron más fácil".

El aspecto que ofrecía después de la operación, con la escayola y la corona de hierros (ya había perdido su pelo rubio, por los tratamientos de radioterapia) era tal, que algunos de los pequeños que también estaban internados y con los que jugaba, la miraban con cierto recelo. Ella comentaba con sentido del humor: "No me extraña, me parezco a Frankestein".

Su estancia en la Clínica de Navarra se prolongó por varios meses y, si bien el dolor moral estaba atenuado por el cariño de sus padres y la buena atención de doctores y enfermeras, el dolor físico continuaba siendo muy fuerte. A esto se añaden las complicaciones, no producidas exactamente por el curso de la enfermedad, sino ajenas a ella: roces en la escayola, el que se le abriesen las heridas a causa del calor y la inmovilidad, llagas en la boca e innumerables dolores. Y, aunque Alexia no suele quejarse, a veces no puede más.


Un día, dirigiéndose a Jesús en un momento de dolor agudo, le decía: "Jesús, ¿por qué no me ayudas? Por favor, quítame este dolor de cabeza solo un rato, aunque no sea más que un rato. ¡De verdad, que no puedo más! ¿Por qué me haces esto? ¡Yo te he querido de pequeña y te he rezado siempre,... ¿Por qué no me ayudas? Pido cosas para los demás y me las concedes, pero si son para mí no me haces caso. Eso es porque no me quieres. Si me quisieras, me ayudarías. ¡No me quieres, Jesús, no me quieres! Pues ¿sabes lo que te digo? Yo tampoco te voy a querer a ti".

Su madre que la estaba oyendo, dejó que durante un rato se desahogase, como Job, de sus sufrimientos, pero después la interrumpió:

"Bueno, Alexia, ya está bien. Eso no se dice".

Entonces ella, rápidamente, y cambiando el tono de voz hasta entonces quejumbroso, dijo con gran firmeza: "Mamá, Jesús sabe que no se lo digo en serio."

Madre mía, ¿tengo yo la misma confianza con Jesús? ¿Le hablo de mis cosas, como hacía Alexia, que le hablaba de su enfermedad? Enséñame, María, a hacer oración.

Continúa ahora hablando a María con tus palabras sobre lo que has leído.


Después termina con la oración final.

ORACIÓN FINAL

¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén
Tina 13
🙏
maryjesu
Yo me ofrezco enteramente a ti; 👏
maryjesu
"Gózote, gozosa Madre,
gozo de la humanidad,
templo de la Trinidad,
elegida por Dios Padre"
(Marqués de Santillana. Siglo XV)
Juan Braulio Arzoz
estupenda anécdota
Cecilia Argentina
☕ ☕ ☕ ☕ ☕
Cecilia Argentina
Hoy te pedimos por Argentina, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra patria con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús. Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.
2 más comentarios de Cecilia Argentina
Cecilia Argentina
Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en muchas, muchas casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en muchas mentes. Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en los corazones.
Cecilia Argentina
Te pedimos madre, que extingas el odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril de solamente los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la humildad, de la comprensión. Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel inocente bañe con su sangre nuestras calles.
santa clara
👏 👏 🙏 🙏
santa clara
¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén
Victoria María
🙏 🙏 🙏 🙏
Victoria María
Entonces ella, rápidamente, y cambiando el tono de voz hasta entonces quejumbroso, dijo con gran firmeza: "Mamá, Jesús sabe que no se lo digo en serio."
Un comentario más de Victoria María
Victoria María
¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén
Marcelino Champagnat
¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén