EN EL DIA DE TODOS LOS SANTOS: LOS SANTOS DE ALTARES Y LOS SANTOS ANÓNIMOS Cuando uno pregunta a los cristianos católicos, ¿Quieren ir al cielo? Todos contestan que sí; si les sigues preguntando ¿Por …Más
EN EL DIA DE TODOS LOS SANTOS: LOS SANTOS DE ALTARES Y LOS SANTOS ANÓNIMOS

Cuando uno pregunta a los cristianos católicos, ¿Quieren ir al cielo? Todos contestan que sí; si les sigues preguntando ¿Por qué? Todos dicen para gozar del Reino de Dios y vivir en paz y tranquilidad y por último si les preguntas ¿Si te mueres en estos instantes crees que vas al cielo o al menos al purgatorio? te contestan por lo menos al purgatorio y otros añaden no quiero ser santo de altares.

En otras palabras, hay un mínimo de anhelo de santidad y gozo del Reino de los Cielos, una ignorancia de lo que es la santidad en algunos y un miedo en otros que quieren ir al Cielo, pero nadie quiere morirse.

Es que tenemos que creer primero que todos estamos en camino de santidad en diferentes grados, sumergidos en errores, defectos y caprichos muchas veces de manera humana que bloquean esos caminos de la santidad.

Lo que debemos entender primero es que, tenemos que existir y movernos con la presencia del Espíritu Santo quien es el que mueve la vida de la Iglesia y de cada uno de nosotros y lo segundo es que, tenemos que tener presente las palabras de San Miguel Arcángel en Fátima en la aparición de nuestra Madre María.

San Miguel Arcángel dijo: “Penitencia, penitencia, penitencia”. Es decir, sacrificio, esfuerzo interior o exterior para no tener en nuestra vida búsqueda de comodidades, de gustitos, de imposiciones por caprichos hacia otras personas sin mirarse así mismos para reconocer lo miserable que somos, lo débiles, lo frágiles y que sólo es nuestro corazón quien nos impulsa por Gracia del Espíritu Santo a hacer la Voluntad de Dios por amor a Él, para su Gloria, para su Honra. Somos sus hijos a imagen, que no es otra cosa que imitar a Cristo en sus pensamientos de bien de justicia y de rectitud de corazón, sobre todo en estos últimos tiempos difíciles y adversos pero vencibles como nos alienta la Virgen María a corresponder al amor de su Hijo Jesús.

Por ahora, debemos saber que muchos seremos santos anónimos, en proceso, pero con anhelo máximo de llegar al Cielo y para ello, en cualquier momento, lugar y situación y estado de vida, puedes ser santo si abres tu corazón al Espíritu Santo, si amas las enseñanzas de Dios, si no rechazas los Sacramentos y admiras la creación de Dios, de su Iglesia y de toda la sabiduría y el bien derramado con amor en nosotros para disfrutar en la tierra como primicia de lo que es el esplendor de la luz y perfección del Cielo.

Los santos anónimos se van haciendo así en la casa, en el trabajo, en la profesión, u oficio, en la Iglesia y en toda actividad humana que se realice.

¡Créelo y verás!

"PEPE GALEP"