VATICANO ABRE AL FÁRMACO QUE BLOQUEA LA PUBERTAD. ASÍ SE TRAICIONA A LA IGLESIA

VATICANO ABRE AL FÁRMACO QUE BLOQUEA LA PUBERTAD. ASÍ SE TRAICIONA A LA IGLESIA

La Nuova Bussola Quotidiana | 09-03-2019

Un apoyo a la decisión del Estado Italiano de añadir el fármaco que bloquea la pubertad entre aquellos suministrables por el Servicio Sanitario Nacional, llega de manera clamorosa desde Vatican News, el sitio oficial de la información vaticana, y por la bioeticista Laura Palazzani, miembro de la Pontificia Academia para la Vida. Leemos afirmaciones que favorecen el deseo del cambio de sexo, así volcando la antropología católica. Y en vez de preguntarse sobre las causas de la incomodidad de los adolescentes, ofrecen un fármaco: un materialismo positivista que niega el Catolicismo. ¿Es ésto lo que enseñan en las Universidades Católicas?

Artículo de Silvana De Mari | 09-03-2019

He leído con mucha perplejidad la entrevista a la profesora Laura Palazzani, propuesta por Vatican News (*), el sitio oficial de la información vaticana. Estamos hablando de la decisión de añadir la molécula TRP-Triptorelina (el así llamado fármaco que bloquea la pubertad) entre los fármacos suministrables por el Servicio Sanitario Nacional.

No quiero analizar cuestiones médicas. No me es posible comentar la suministración de un fármaco antitumoral, que actúa alterando el equilibrio hormonal, con el objetivo de bloquear el desarrollo de la pubertad de niños sanos, dada la “escasez de literatura científica disponible”. Pero esto es el mundo de hoy, las “magníficas suertes y progresivas” que nos propinan desde siglos; tarde o temprano me voy a resignar.

Lo que me deja perpleja es la posición de esa profesora, miembro de la Pontificia Academia Para la Vida y bioeticista en varias instituciones católicas.

Leo, por ejemplo, que la suministración de este fármaco es para “niños […] que desean cambiar de sexo”, y me pregunto: ¿cómo es posible “cambiar de sexo”? Es posible escribir hombre en vez de mujer en los documentos, y viceversa; es posible suministrar hormonas sexuales; es possible insertar prótesis y extirpar quirúrgicamente órganos sexuales de personas sanas … pero – repito – ¿cómo es posible “cambiar de sexo”? ¿Quizá no tenemos los cromosomas sexuales en cada célula de nuestro cuerpo? ¿Cómo se cambian? ¿Con un virus? La antropología católica dice que el hombre es una unión inseparable del alma y del cuerpo; ¿es posible también cambiar el sexo del alma?

Estamos por tanto “en presencia de un profundo sufrimiento de los chicos con psicopatologías psiquiátricas”. ¿Y un fármaco sería la solución? ¿Ninguna pregunta sobre del motivo de tales padecimientos, sobre el porqué “viven fuertes incomodidades acerca de su corporeidad masculina y feminina tratando cambiar de sexo”? ¿Tampoco dudas sobre el entorno social en el cual crecen nuestros hijos, sobre el modo en el cual los educamos? ¿La respuesta a estos padecimientos es simplemente de tipo químico? ¿No es tal vez, ésto, puro materialismo positivista que nada tiene que ver con el Catolicismo?

Además: ¿es ésta la antropología que se enseña en la Universidad Católica y en la “Libera Università Maria Santissima Assunta” (LUMSA), instituciones católicas con las cuales colabora la profesora Palazzani? ¿Es por esa enseñanza que los padres sostienen grandes gastos? ¿Es por esa antropología que recogen donaciones cada año? ¿A qué sirven las universidades católicas si es difícil diferenciarlas de las equivalentes laicas?

Además, dada la autoridad eclesiástica de la profesora y del medio que la entrevistó. ¿La Iglesia acepta que no sea la vocación, el plan que Dios tiene para cada uno de nosotros, sino “la incomodidad acerca de la corporeidad masculina y feminina” la que guía el desarrollo de los chicos? No más la razón, la facultad más elevadas donadas por Dios a los hombres, ¿sino “la dirección que desean”, el deseo, las pasiones? Se trata de un vuelco completo respecto a la antropología de la Iglesia, que desde siempre ha enseñado el dominio de las pasiones y la guía de la razón, capaz de coger la realidad metafísica. ¿Ya no es así?

La Iglesia siempre ha enseñado que no somos lo que somos, sino lo que deberíamos ser. Nuestra verdadera naturaleza es un plan (la vocación) de construir. Ahora, en cambio, ¿somos simplemente lo que deseamos? ¿No tenemos más una realización un “telos”, un cumplimiento? ¿Ningún horizonte nos espera? ¿Sólo somos “voluntad y representación”? ¿La vida es por tanto desesperación y falta de sentido?

El Logos, el orden providencial de la creación, se hizo carne y vivió entre nosotros; y guía la Iglesia, su Esposa. ¿La Iglesia, por tanto, ha traicionado al Logos para adaptarse al mundo?

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Traducción de DML

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Artículo original de Silvana de Mari publicado por La Nuova Bussola Quotidiana :

www.lanuovabq.it/it/vaticano-apre-a…

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(*): El artículo de Vatican News :

www.vaticannews.va/…/triptorelina-pa…

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