El mes de las almas del.purgatorio. El mes de las almas del purgatorio (De un devocionario de 1863) El método seguido es el que se usa en todas las devociones mensuales: un rosario, una meditacion, un …Más
El mes de las almas del.purgatorio.

El mes de las almas del purgatorio
(De un devocionario de 1863)
El método seguido es el que se usa en todas las devociones mensuales: un rosario, una meditacion, un ejemplo, una jaculatoria; con la única diferencia de que solamente en vez de flores ú obsequios diarios se han propuesto para ejercicio moral sufragios, que dicen mejor con el carácter de este devoto ejercicio, y que, sacados de alguna práctica piadosa de los fieles, servirán á hacer mas devota y fácil la ejecucion.

DIA PRIMERO.

MEDITACION.
Existencia del Purgatorio.

PUNTO PRIMERO.
La muerte es cierta. Está ya pronunciado el gran decreto de que todos los hombres han de morir. Cualquier otra desgracia podrá evitarse, pero la muerte jamás. No hay estado, edad, condición o sexo exento, ni medio alguno de librarse de ella. Desde el primero de los hombres hasta el último,cada uno ha de ver el término de su camino, y ya a muchos le tocaron; otros les siguen de cerca, y todos como agua que se desliza caeremos, finalmente, en la tumba sin remedio. Y entre tanto, ¿qué hacemos nosotros, oh cristianos? ¿Nos preparamos al inevitable fin que nos espera? ¡Oh cuán amarga nos será la muerte si no nos disponemos con tiempo á recibirla!

PUNTO II. Con la muerte se parte de este mundo y se va á la otra vida. ¿Y qué es, finalmente, lo que hay en la otra vida? La fe nos enseña que hay una gloria, un infierno, un Purgatorio. Las almas perfectas que no son reas de culpa, ni deudoras de pena, libres de los lazos del cuerpo, al punto vuelan á gozar de la bienaventuranza. Las almas manchadas de culpas graves son arrastradas por el peso de sus iniquidades al infierno, donde reciben de la divina justicia el castigo merecido. ¡Oh qué diversidad entre las unas y las otras! Aquellas eternamente felices con Dios, estas condenadas para siempre con los demonios. ¿Cuál quisiéramos nosotros de estas dos suertes? En nuestra mano está la eleccion. Si deseamos la gloria con los justos, vivamos justamente como viven los justos. Si nos horroriza el infierno, huyamos del pecado que conduce al infierno.

PUNTO III. Pero si la muerte sobrecogiese al alma, no en pecado mortal, ni tampoco en la mas perfecta justicia, sino en un estado medio, por lo cual no pudiese ser condenada al infierno por no merecer tan gran castigo, ni ser introducida inmediatamente en la gloria porque aun no es digna de tal premio, ¿cuál será su destino? Hé aquí la necesidad de establecer un lugar intermedio entre el cielo y el infierno; lugar no de término sino de paso, donde las almas de los fieles difuntos, como el oro se purifica de la escoria, se purifican tambien ellas de sus defectos y se perfeccionan para el cielo. Ahora bien; en este lugar cae la mayor parte de las almas que se salvan, y pocas se libran de él, porque pocas son las que no quedan contaminadas del polvo mundano. ¿Deseamos nosotros evitarle? Purifiquémonos perfectamente en esta vida, pues quien sale purificado de ella vuela directamente al cielo.

ORACION.
*¡Oh cielo, cielo, qué atractivos tiene tu premio! ¡Infierno, cuánto nos atemorizas con tu castigo! 0h Purgatorio! tú nos llenas de compasión por tus penas, pero nos inspiras confianza en la misericordia divina. Oid ¡oh gran Dios! nuestras súplicas, cerrad para todos los fieles la puerta del horroroso abismo, abrid para ellos las de la eterna gloria, y librad ¡oh Señor! de sus penas á cuantas almas se encuentran en el Purgatorio, llevándolas a gozar con Vos de la inmortal corona de la bienaventuranza.*

EJEMPLO.

Murió en la diócesis de Nocera un jovencito que había profesado una devocion singularísima á san Bernardino de Sena, y este Santo, para recompensarle, obtuvo del Señor el poder restituirle la vida. Mas antes quiso informarle bien de las cosas del otro mundo, por lo cual haciéndose guia suya le condujo á las regiones infernales, donde entre los torbellinos de densísimo humo y de inquieto fuego le hizo ver una turba casi infinita de condenados, carcomidos de eterna desesperación. Para quitarle el horror de tan triste espectáculo le trasportó despues al cielo, donde dispuestos en bello órden los coros de los Ángeles y de los Santos, gozaban de una felicidad superior á todo concepto. Y por último, le hizo observar la prision del Purgatorio, donde en medio de voracísimas llamas se purificaban las almas de los difuntos hasta que fuesen dignas de la gloria celestial. Fue un espectáculo que le movió á gran compasion el ver cómo aquellas almas suspirando se le acercaban para suplicarle que cuando volviese al mundo refiriese á los mortales sus crueles tormentos, y los moviese á socorrerlas con abundantes sufragios: lo que él hizo con fruto grandísimo de aquellas infelices. Luego que volvió á la vida, á cuantos encontraba hablaba del Purgatorio: Tu padre , decia á uno, está en aquellas llamas abrasadoras esperando los efectos de tu piedad filial; tu hijo, anunciaba á otro, se encomienda á tu amor paterno; tu bienhechor, echa ba en cara al heredero, te recuerda la ejecucion de sus legados piadosos. Todas aquellas almas en suma recurren á vuestra fe, á vuestra caridad, por un generoso y pronto socorro. Imaginémonos que hoy se repita otro tanto á cada uno de nosotros, y cada uno dé las pruebas mas significantes de su devocion al Purgatorio.

Rezaremos cinco Padrenuestros, Ave Marías y Requiem en memoria de la Pasion de Nuestro Señor Jesucristo en sufragio de los fieles difuntos, suplicando al Eterno Padre que se apiade de sus almas por la Sangre que derramó su divino Hijo, diciendo cinco veces

JACULATORIA.
* Eterno Padre, por la preciosísima sangre de Jesus, misericordia.*
Padrenuestro, Ave María y Requiem...

SUFRAGIO.
*Omnium finis appropinquavit, itaque vigilate ún orationibus , mutuam charitatem habentes.*

Para mantener la mutua comunicacion de oficios con los difuntos, ejercitémonos en orar por ellos, y particularmente recemos el *De profundis*

El P. D. Juan Pablo Montorfano, teatino, para demostrar un dia á un espíritu demasiado mundano el valor de los piadosos sufragios por los difuntos, tomó una gran suma de dinero y la puso en un platillo de la balanza, poniendo en la otra el Salmo De profundis escrito en un papel pequeño, el cual pesó mas que aquel metal tan estimado, y tanto, que lo levantó inmediatamente en el aire con admiracion grandísima de los circunstantes.Animémonos con esto á rezar á menudo tan precioso Salmo en sufragio de nuestros difuntos, y desde el primero hasta el último dia de este Mes sea el De profundis la conclusion y sello de nuestro santo ejercicio. (P. D. Joseph Silo, Histo riogr. Ordin. Teatin., 1.° parte, lib. xv, ad ann. 1580.)

_Añadiremos un Padrenuestro y Ave Maria por los propagadores de esta devocion._

SALMO 129.

De profundis clamavi ad te, Domine:
‘ Domine, exaudi vocem meam.
Fiant aures tuæ intendentes *
in vocem depreca tionis meæ.
Si iniquitates observaveris, Domine:
‘ Domine, quis sustinebit?
Quia apud te propitiatio est :
tuam sustinui te, Domine.
Sustinuit anima mea in verbo ejus:
‘ speravit anima mea in Domino.
A custodia matutina usque ad noctem
‘ speret Israel in Domino.
Quia apud Dominum misericordia,
" et copiosa apud eum redemptio.
Et ipse redimet Israel ‘
ex omnibus iniquitatibus ejus.
Requiem aeternam dona eis, Domine.
Et lux perpetua luceat eis.
A porta inferi. Erue, Domine, animas eorum.
Requiescant in pace. Amen.
Domine, exaudi orationem meam.
Et clamor meus ad te veniat.

OREMUS.
*Fidelium, Deus omnium Conditor et Redemptor, animabus famulorum famularumque tuarum re missionem cunctorum tribue peccatorum, utin dulgentiam, quam semper optaverunt, piis suppli cationibus consequantur. Qui vivis et regnas in saecula saeculorum. Amen.*

*Requiem aeternam dona eis, Domine.*
*Et lux perpetua luceat eis*
*Requiescant in pace. . Amen*

*SANTO ROSARIO*

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espí ritu Santo. Amen.

Postrados en la presencia de Dios con el mayor fervor del espíritu, supliquémosle que nos asista en el ejercicio de esta sagrada devocion, diciendo:

*Disponed, Señor, y confortad nuestras almas con la abundancia de vuestra gracia, para que con sentimientos de fe, caridad y compasion, penetrando en la penosa cárcel del Purgatorio, podamos procurar á los fieles difuntos la mayor abundancia de sufragios que redunde en favor suyo, gloria vuestra y provecho de nuestras almas.*

ROSARIO DE DIFUNTOS.

Rezaremos el piadoso Rosario de difuntos diciéndo cuatro Padrenuestros y cuarenta Ave Marías, en memoria de las cuarenta horas que Jesucristo despues de su muerte estuvo en el limbo de los justos, en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, y particularmente a: (aquí si se quiere se puede nombrar aquella alma á quien se haga ánimo de socorrer especialmente), para que el Señor se digne librarlas prontamente de sus penas, haciendo intencion de ganar á favor de las mismas todas las indulgencias que la santa Iglesia ha concedido por la práctica de esta devocion.

Deus, in adjutorium meum intende.
Domine, ad adjuvandum me festina.
Requiem aeternam dona eis, Domine.
Et lux perpetua luceat eis.
Requiescantin pace. . Amen.

I.
Consideraremos en este primer diez el vivísimo deseo con que estaban las almas del Purgatorio esperando el feliz momento de ser consoladas con la visita del Redentor después de su muerte, y meditemos que las almas que al presente se encuentran en aquellas atrocísimas llamas están con igual anhelo, esperando de nuestra piedad sufragios en abundancia que sean capaces de contentarlas y hacerlas eternamente felices. Pidamos, pues, al Señor y á la Santísima Vírgen que concedan tanta eficacia á nuestras oraciones, que puedan llenar enteramente sus deseos.

Despues se dirá un Padrenuestro, diez Ave Marías y un Requiem aeternam.

II.
Consideraremos en este segundo diez la dulce sorpresa que experimentaron las almas del Purgatorio cuando, al comparecer en medio de ellas el Redentor, vieron apagarse el fuego que las abrazaba, y cesar todas las penas que las habían atormentado tanto tiempo; y meditemos que con nuestros …