Señor, danos sacerdotes santos
Sin sacerdotes la Iglesia no podría vivir el mandato de Cristo de anunciar el Evangelio, y de renovar cada día el sacrificio de su Cuerpo y de su Sangre.
Sabemos por la fe que la promesa del Señor no puede fallar: "Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20). Nunca faltarán en la Iglesia sacerdotes, y no unos sacerdotes cualquiera, sino unos pastores según el Corazón de Cristo, buen Pastor.
RECEMOS PARA QUE HAYA VOCACIONES
Oración por la Vocación de los Hijos
La Iglesia necesita vocaciones sacerdotales
La escasa presencia y disponibilidad de sacerdotes crea graves problemas. La Iglesia no puede dejar jamás de rogar al dueño de la mies que envíe obreros a su mies (cf. Mt 9, 38).
Esta escasez de vocaciones puede cesar inesperadamente en poco tiempo,-como demuestra la experiencia actual en tantos seminarios florecientes- fomentando ardientemente el deseo de que haya vocaciones sacerdotales, y solicitando la oración de todo el Pueblo de Dios, especialmente de los sacerdotes; de los enfermos y ancianos; niños y jóvenes,...familias enteras, clamando sin cesar:
¡Danos vocaciones! ¡Danos sacerdotes santos! ¡Oh Jesús, danos pastores según tu Corazón!
Oración por las vocaciones sacerdotales y religiosas
Señor Nuestro Jesucristo, Tú dijiste a tus Apóstoles: "la mies es mucha pero los obreros pocos; rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su campo". Humildemente te suplicamos que envíes a tu Iglesia numerosas y santas vocaciones sacerdotales y religiosas.
Te lo pedimos por la intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra Madre, y por la de nuestros Santos Patronos y Protectores, que con su vida y merecimientos santificaron nuestro suelo. Amén.
Ofrecimiento diario de sí mismo
Oh Jesús, Salvador mío, Tú que confiaste a los sacerdotes, -y solamente a ellos-, el poder de celebrar la Eucaristía, fin principal de su ordenación sacerdotal, perdonar los pecados, administrar otros Sacramentos, predicar con autoridad la Palabra de Dios y dirigir a los demás fieles a mirar y a subir hacia Ti, por medio de tu Santísima Madre, te ofrezco para la santificación de los sacerdotes y seminaristas, durante este día, todas mis oraciones, trabajos y alegrías, mis sacrificios y sufrimientos. Danos, Señor, sacerdotes verdaderamente santos que, inflamados del fuego de Tu amor, no procuren otra cosa que Tu gloria y la salvación de aquellos a los que Tú encomendaste. Amén.
Voy a rezar en particular por esos muchachos que conozco, que tal vez puedan recibir la vocación sacerdotal, y responder a la llamada de Dios:
Mira Jesús, tu Iglesia y el mundo necesitan hombres generosos que se entreguen a Ti para ser apóstoles tuyos. Elige a los que quieras; llama y da la valentía de dejarlo todo y seguirte para ser sembradores de tu doctrina de amor y portadores de tu salvación. Amén.
RECEMOS PARA QUE ARRAIGUEN LAS VOCACIONES
Para los padres de familia
Oh Dios, Tú me has concedido estos hijos. Sé que gran parte de las vocaciones surgen en familias cristianas, atraídas por la vida ejemplar de sacerdotes fieles. Elige a alguno de mis hijos para que sea sacerdote. Sé que la Iglesia los necesita para proseguir la misión de tu Hijo Jesús. Ayúdame a no ahorrar ningún medio para que cuaje en alguno de ellos tu llamada, y el resto lo confío a tu Espíritu. Guárdalos en tu amor, guíalos y protégelos. Amén.
Para el Seminario
Señor Jesucristo, que fuiste el primero que se preocupó de la formación sacerdotal de los Apóstoles, para después enviados a predicar (cf. Mc 3,13); siguiendo tus huellas, y -para que las vocaciones arraiguen-te pedimos que los profesores del Seminario sean sacerdotes íntimamente unidos a Ti, de vida ejemplar, hombres de fe y llenos de amor a la Iglesia. Amén.
PRECES PARA PEDIR SACERDOTES SANTOS
Como en todas las épocas, pero especialmente en ésta, la Iglesia necesita buenos sacerdotes, sacerdotes santos. Todos tenemos la obligación de rezar por esta intención. Voy a rezar de modo particular por el sacerdote de mi Parroquia.
V. Para conseguir el perdón de los pecados.
R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que no nos falte la Sagrada Eucaristía.
R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que prediquen a Cristo, y a éste crucificado.
R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que den testimonio de la Verdad.
R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que los niños conserven la Gracia.
R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que la juventud conozca y siga a Cristo.
R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que los mayores conformen sus vidas según la Ley de Dios.
R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que tengamos hogares cristianos.
R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que en nuestros pueblos se viva la unión y la caridad cristiana.
R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que los enfermos reciban los auxilios espirituales.
R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que nos acompañen a la hora de nuestra muerte, y ofrezcan la Santa Misa por nosotros.
R. Señor, danos sacerdotes santos.
Santa María, Madre de la Iglesia, Reina de los Apóstoles, alcánzanos del Señor muchos y santos sacerdotes. Así sea.
RECEMOS PARA QUE LOS SACERDOTES SEAN SANTOS
Oh Redentor Nuestro, acepta vivir en los sacerdotes, transfórmalos en Ti. Hazlos por tu gracia ministros de tu misericordia, obra a través suyo y, haz que imitando fielmente tus virtudes, se revistan en todo de Ti, y actúen en Tu nombre y con la fuerza de tu Espíritu.
Contempla Señor Jesucristo cuántos son todavía los que duermen en las tinieblas del error, cuántas son las ovejas que caminan al borde del precipicio. Dirige tu mirada a tantas y tantos pobres, hambrientos y débiles, que lloran en medio de su soledad. Vuelve Tú a nosotros por medio de tus sacerdotes.
Muéstrate en ellos y, obrando a través suyo, recorre el mundo de nuevo, enseñando, perdonando, ofreciendo sacrificios y renovando los lazos de amor entre tu Corazón divino y nuestros pobres corazones. Amén.
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Amor y veneración al sacerdote
- El sacerdote es otro Cristo.
- Es representante de Dios, debo confiar en él y respetarle.
- Es mi bienhechor, me mostraré agradecido con él.
- En el confesonario, es médico de mi alma, le manifestaré mis heridas.
- Es guía de mi camino, seguiré sus consejos.
- Es juez de mis actos, obedeceré sus amonestaciones.
- En el altar ofrece mis oraciones a Dios, no me olvidaré de él.
- Él reza por mí, por los míos y por las almas del Purgatorio; pediré a Dios misericordia para mí y para él.
- En su vida diaria es hombre, no le condenaré.
- Si observo en él defectos, pido a Dios para que le ilumine y le dé ánimo para corregirlos.
- Es un hombre, una palabra de afecto le alegrará.
- Tiene una gran responsabilidad, pido a Dios que le guíe en su vida y tenga misericordia de él en el trance de la muerte.
Si conoce a alguna persona que quiera ser sacerdote, o que se haya planteado serlo, puede comunicarse con: www.ceibidasoa.orgSeminario internacional en Pamplonawww.ceibidasoa.org España Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa
-Seminario internacional en Roma Collegio Ecclesiastico Internazionale Sedes Sapientiae
Para poder hablar de Dios, lo primero es Hablar con Dios y querer escucharle : Nueva Evangelización