EL NOVIAZGO CATÓLICO

Opus Dei - San Josemaría

El noviazgo, como tiempo de preparación para el Sacramento del Matrimonio, debe llevar a los novios a conocer este Sacramento, a conocerse y respetarse para amarse, hasta el punto, no ya de querer dar la vida el uno por el otro, sino, más aún, de querer apoyarse con mutua complicidad para conseguir, la mayor “empresa” y ganancia posible en esta vida. Siendo así que la mayor ganancia posible es nuestra salvación eterna, como fruto del Amor a Dios, cumpliendo su voluntad y observando sus leyes, durante el noviazgo debe germinar y afianzarse el deseo mutuo y recíproco de ayudarse ambos a obtener la corona inmarcesible, para lo cual recibirán las gracias necesarias por medio del quinto Sacramento, poniendo, desde la obtención del mismo, y no antes, todos los medios necesarios para cumplir con el fin que le es propio al estado matrimonial, expresado en el mandato divino de “crecer y multiplicarse”, dando a Dios y a su Iglesia, de manera generosa, cuantos hijos les quiera otorgar, sin impedirlo de ninguna manera, educándolos en la Fe Católica, y ayudándose recíprocamente a remediar la concupiscencia, sin ofender a Dios, ni pecar, lo cuál sólo es posible haciendo uso del Sacramento del Matrimonio, como signo sensible de la unión perfecta, pura y santa de Cristo con su Iglesia.