Si todo esto nos hicieran, hermano León, y aún así todo lo soportáramos con paciencia y con gozo, acordándonos de los padecimientos de Cristo bendito, que nosotros hemos de sobrellevar por su amor, ¡oh hermano León!, escribe que ésta es la perfecta alegría. (San Francisco de Asís).

Señor. hazme instrumento de tu paz.

Donde haya odio, lleve yo tu amor;
donde haya tristeza, lleve yo alegría;
donde haya oscuridad, lleve yo tu luz;
donde haya desaliento lleve yo esperanza;
donde haya duda, lleve yo la fe.

¡Oh, Divino Maestro!

Concédeme que no busque ser perdonado,
sino perdonar;
que no busque ser comprendido,
sino comprender;
que no busque ser amado,
sino amar.

Porque dando es como recibimos,
perdonando es como tú nos perdonas y,
muriendo en ti,
es como nacemos a la Vida Eterna.

(Atribuida a San Francisco de Asís)