Creo que la aclaración va en este sentido: las virtudes teologales, llamadas así por su origen sobrenatural, son Fe, Esperanza y Caridad. Dadas por Dios en posesión gratuita al alma en el bautismo. Por la Fe creemos en Dios como Verdad Absoluta que no puede engañarse ni engañarnos; por la Esperanza esperamos en Dios como Salvador, en tanto, por ultimo, por la Caridad amamos a Dios como Bien Supremo. Dadas estas distinciones podemos ver que la Caridad no es la posesión de la Fe. ni la Fe es la posesión de la Caridad. El Concilio de Trento declaro en contra de los protestantes, que afirmaban desde el hereje Wicleff -- antecesor del protestantismo -- que quien permanecía en pecado no podía poseer la Fe o ser verdadero cristiano. Dice el Santo Concilio: "Si alguno dijere que con la pérdida de la gracia por el pecado, se pierde también con él la fe, o que la fe que permanece no es fe verdadera, aunque no sea viva, o que el que tiene fe sin caridad no es verdadero cristiano, que sea anatema" .

(Concilio de Trento, Sesión VI, Canon 28 ). Pio XII amplia esta misma Doctrina enseñando quienes pertencen a la Iglesia :
"Ni puede pensarse que el Cuerpo de la Iglesia, por el hecho de honrarse con el nombre de Cristo, aun en el tiempo de esta peregrinación terrenal, conste únicamente de miembros eminentes en santidad, o se forme solamente por la agrupación de los que han sido predestinados a la felicidad eterna. Porque la infinita misericordia de nuestro Redentor no niega ahora un lugar en su Cuerpo místico a quienes en otro tiempo no negó la participación en el convite (cf. Mt 9,11; Mc 2,16; Lc 15,2). Puesto que no todos los pecados, aunque graves, separan por su misma naturaleza al hombre del Cuerpo de la Iglesia, como lo hacen el cisma, la herejía o la apostasía. Ni la vida se aleja completamente de aquellos que, aun cuando hayan perdido la caridad y la gracia divina pecando, y, por lo tanto, se hayan hecho incapaces de mérito sobrenatural, retienen, sin embargo, la fe y esperanza cristianas, e iluminados por una luz celestial son movidos por las internas inspiraciones e impulsos del Espíritu Santo a concebir en sí un saludable temor, y excitados por Dios a orar y a arrepentirse de su caída." (Enciclica mistici Corporis ). SALUDOS.