Corrección Filial "totalmente errónea", según el Opus Dei

El titular de este artículo no se ajusta a la realidad. Es la opinión personal de un miembro de la Prelatura. El Fundador del Opus Dei dio como norma que en las cosas opinables, -y esta lo es- cada uno, con libertad y responsabilidad personal, podía opinar lo que quisiese.

No se puede impedir el ejercicio de un derecho fundamental que tenemos los fieles católicos, por el mero de hecho de serlo, de corregir a los pastores motivadamente. Ese derecho está contemplado en el CIC.

Mons. Mariano Fazio hace unas declaraciones a la corresponsal en Roma del periódico La Nación de Argentina. Más de la primera mitad de la entrevista es sobre la imposibilidad del viaje del papa a la Argentina por el grado de crispación social que hay en ese país.

Luego le hace varias preguntas sobre la Prelatura Opus Dei. Entre ellas sobre el encabezado de esta noticia. Debo decir que ¡No es una declaración institucional del Opus Dei! Es algo personal suyo. Es amigo personal del papa y ambos son argentinos.

Es verdad que san Josemaría Escrivá, Fundador del Opus Dei, dejó muy claro que al papa había que amarlo fuera quien fuera. Y en 1934 dejó escrito: "Cristo. María. El Papa. ¿No acabamos de indicar, en tres palabras, los amores que compendian toda la fe católica?" Entonces él tenía treinta y dos años y el Opus Dei no contaba más que seis.

Y sabiendo perfectamente cómo está la Iglesia y cómo gobierna Francisco la Barca de Pedro, tal vez movido por una gran fe, hace esa corrección pública a miembros de la Prelatura. No encuentro otra explicación, porque por la entrevista parece como si viviese en otro mundo.

En el papado de Pablo VI, el Fundador del Opus Dei se pasó dos años llorando día y noche, y pudo echarse al monte como hizo Mons.Lefebvre, y estuvo pidiendo audiencia al papa durante cuatro años, y nunca llegaba esa petición al Romano Pontífice. Hasta que un día el Card. Casariego, Arzobispo de Ciudad de Guatemala, se postró de rodillas ante Pablo VI y le dijo no me levanto hasta que me diga cuándo recibe a Mons. Escrivá. Y el papa le dice ¡si siempre le he recibido! Lo recibió y estuvo un largísimo tiempo contando al papa -con agenda en mano- lo que estaba ocurriendo: la demolición a sabiendas de la Iglesia.