La moral Amoris Laetitia de Rupnik: Francisco se sale con la suya mintiendo
Klara tenía 16 años cuando conoció a Rupnik, diez años mayor que ella, en 1980. Un año después, él empezó a besarla y abrazarla como “un gesto de ternura”. En 1986 se masturbó delante de ella y le pidió que le masturbara.
Un año después, Klara se unió a la comunidad Loyola, controlada por Rupnik. Siguieron muchos encuentros sexuales. Él le admitió que mantenía relaciones sexuales con otras hermanas y le propuso “tríos”, preguntándole si prefería hacerlo con otra hermana o con otro hombre.
Rupnik confió a Klara a una mujer, ex miembro de la comunidad de Loyola, para que la preparara para tales encuentros. Le habló de “beber su semen en una copa durante la cena”. Cuando Klara se resistió, Rupnik la humilló. Su superiora, la hermana Ivanka Hosta, la condenó al ostracismo. Rupnik utilizó la fragilidad de las hermanas para obtener servicios sexuales, según ella cuenta ahora.
A los 35 años, Klara abandonó la comunidad. Cuando más tarde se enfrentó a Rupnik, éste permaneció impasible, diciendo que no sabía de qué le estaba hablando.
Los testimonios de las hermanas fueron considerados creíbles por los jesuitas en mayo de 2019, y por los jueces vaticanos en enero de 2020. Rupnik fue excomulgado en mayo de 2022, pero la excomunión fue levantada a los pocos días por Francisco, quien era él único que tenía autoridad para hacerlo. A pesar de ello, Francisco afirmó esta semana que “no sabía nada” del caso.
Ahora todos los principales medios católicos, incluidos Gloria.tv, MessaInLatina y LaNuovaBq.it, acusan a Francisco de mentir. Incluso el sitio web pro-Francisco, IlSismografo.Blogspot.com, escribe que sólo un Papa puede pronunciar y levantar una excomunión.
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