El 26 de marzo el papa Francisco aceptó la renuncia de monseñor John McAreavey, de 69 años, obispo de Dromore (Irlanda). McAreavey fue presionado por los medios de comunicación para que presentara su dimisión.
Su crimen: como él supuso que tenía que hacer lo que corresponde a un obispo diocesano – y como habría hecho Jesucristo, la Misericordia de Dios encarnada – él ofició en el 2002 en el funeral del padre Malachy Finnegan, quien había sido acusado, pero nunca procesado, por abuso sexual.
Finnegan es descrito como un “sacerdote pedófilo”, aunque el 17 de marzo el diario Irish Times lo llamó “homosexual”.
La dimisión del obispo McAreavey es un signo que la Nueva Iglesia espera ahora que sus sacerdotes y obispos cultiven el odio y la falta de perdón más allá de la sepultura.
Imagen: John McAreavey, #newsFetssjshuo