"Cuando un fiel besa la mano derecha del sacerdote besa la mano del Señor. Hay sacerdotes que rechazan que se les bese la mano, sintiendo incomodidad, no lo entienden, bajan la mano para que el fiel no se la bese. Rechazan la mano de Dios, su poder, las gracias que dispensan, el bien que hacen a las almas.

Padre, ¡bendígame! Qué mayor muestra de alegría y agradecimiento que besar la mano que le ha bendecido y llenado de gracias, la mano del Señor. Qué mayor satisfacción para el sacerdote que haber dispensado, de una forma tan fácil, tantas gracias a aquel que le ha pedido la bendición."

(Padre Juan Manuel Rodríguez de la Rosa)