Hasta ayer nos decían que el Papa Francisco estaba muy bien, incluso el presidente de los obispos españoles, que estuvo mas de dos horas con él, lo afirmaba con solemnidad. Hoy tenemos audiencia, la plaza vacía, hoy del todo porque la audiencia se ha trasladado al aula Pablo VI, media aula y somos generosos. El Papa Francisco ha entrado caminando con más dificultad que la habitual, brevísimo …Más
Hasta ayer nos decían que el Papa Francisco estaba muy bien, incluso el presidente de los obispos españoles, que estuvo mas de dos horas con él, lo afirmaba con solemnidad. Hoy tenemos audiencia, la plaza vacía, hoy del todo porque la audiencia se ha trasladado al aula Pablo VI, media aula y somos generosos. El Papa Francisco ha entrado caminando con más dificultad que la habitual, brevísimo saludo con mucha dificultad para hablar y respirar, la catequesis la ha leído uno de los monseñores de turno de la Secretaría de Estado. Los enfermeros con su maletín en mano omnipresentes. Parece que el día de ayer ha pasado factura, y no hay una mejoría, incluso si comparamos con el ángelus del domingo, vemos un claro empeoramiento en el aspecto físico, es lo que está en nuestra mano valorar, de internis, neque Ecclesia.
¿Cómo está el Papa Francisco? Es una pregunta razonable, pero la respuesta sigue siendo: «No lo sabemos». La oficina de prensa de la Santa Sede no ayuda mucho e incluso estimula la especulación. Los órganos de prensa oficiales del Vaticano no se han distinguido, no sólo durante el pontificado de Francisco, por su franqueza en estos aspectos. El Papa Francisco cumple en tres semanas 87 años, sufre enfermedades crónicas de diversos tipos, se ha sometido a múltiples cirugías abdominales en los últimos tres años y ha realizado varias visitas más o menos no programadas a médicos en tiempos recientes. El célebre dicho romano «Er papa nun è malato sinché n’ è morto, el Papa no está enfermo hasta que muere», sigue en pleno vigor.