“No se entra en una casa sin hablar con el portero; y bien ! la Santísima Virgen es la puerta del Cielo”. (El Santo Cura de Ars)
Amadla, entregaos con todo el corazón a su benevolencia maternal, orad a Nuestra Madre poderosa, Nuestra mediadora, porque ella os arrancará de los colmillos del Diablo, como una madre arrancaría a sus hijos de las fauces de un lobo hambriento. Un suspiro de María y los demonios se estremecen de terror. Nada le impedirá recuperar a sus hijos del Mal. María es nuestro consuelo, nuestro refugio. El Señor en la cruz nos dio a María como Madre. Él le dijo: Mujer, aquí está tu hijo y a San Juan: Aquí está tu madre . No sólo se los recomendó mutuamente, sino que también hizo de María Madre de los hombres, Madre de la Iglesia. Nunca seremos huérfanos. Nuestro Padre y Madre Celestiales velan por sus hijos.
Es cierto que Jesús quiso ser el único en morir por la redención del género humano y, según la expresión de Isaías, pisar el vino de nuestra salvación; sin embargo …Más