Odiadores escupen el rostro de un cardenal
Esto se debe al hecho que él, como la mayoría de los prelados, considera más seriamente las mentiras de los periodistas que el Juicio Final.
Barbarin fue acusado injustamente de haber “encubierto” abusos homosexuales que habían ocurrido diez años antes que él llegara a ser arzobispo de Lyon. A pesar de que fue absuelto en un tribunal, él renunció a comienzos de junio.
Ahora, dice que su nombre se ha “convertido en sinónimo de pedofilia” - como si esto tuviera alguna importancia ante Dios – y que hubo odiadores que lo pararon en la calle y escupieron sobre su rostro.
Sin embargo, Barbarin está apenado por él, mientras alardea que ese mismo día hizo renunciar a sacerdotes acusados de abusos, en consecuencia, exponiéndolos potencialmente a la misma injusticia que él padeció.
Durante la propia persecución mediática que sufrió algunos versículos de los salmos empezaron a resonar en él, como “Estoy en medio de leones” y “Tú eres mi baluarte”.
Un quebrado Barbarin dijo que ahora él comienza su oración “siempre” con los nombres de los acusadores de sacerdotes.
Después de su “final extremadamente violento” en Lyon ahora se ha vuelto a poner de pie como capellán para monjas en una aldea de 140 personas.
Este año ha escrito una apología de sí mismo. El título es “En mi alma y en mi conciencia”.
Imagen: Philippe Barbarin, © wikicommons, CC BY-SA, #newsGhprqhcoxb
