Cardenal cree que la homosexualidad “no es un pecado”
Nadie será despedido, insistió Hollerich. Tampoco podría liberar a los divorciados que cohabitan: “Se quedarían sin trabajo. ¿Cómo puede ser cristiano algo así?”. Hollerich es deshonesto: despediría sin piedad a cualquier sacerdote que cuestionara la “Comunión en la mano”.
Él se desentiende de la enseñanza bíblica de la Iglesia, que califica los actos homosexuales como pecado: “Pienso que eso está mal”. Por el contrario, el incrédulo Hollerich “cree” que “aquí estamos avanzando en la doctrina”, lo que -cita Hollerich a Francisco- “podría llevar a un cambio en la doctrina”. O: “Es hora de que hagamos una revisión fundamental de la doctrina”.
De este modo, Hollerich proclama abiertamente que se ha alejado de la fe y que está predicando una doctrina diferente, según las palabras de San Pablo: “Si alguien les predica algo como el Evangelio distinto al que han recibido, ¡que sea anatema!” (Gal 1, 9).
En vez de creer en la Iglesia, Hollerich “cree” en el magisterio de sociólogos no identificados: “Creo que el fundamento sociológico-científico de esta doctrina ya no es cierto”.
Hollerich niega que haya homosexualidad en el Nuevo Testamento [y mucho menos en la Biblia en su conjunto]. Según él, “sólo” se habla de actos homosexuales, “que en parte eran actos de culto pagano”. ¿Ritos paganos? ¿En parte?
En la historia de la humanidad no hay ningún ejemplo de una religión que haya sobrevivido al caer en el homosexualismo.
Imagen: © Mazur/catholicnews.org.uk, CC BY-NC-ND, #newsDpeqfuilhz
