Fragor ensordecedor.

El fragor de la batalla es enorme, a poco que se detenga uno a escuchar sin prisa ni estres escucha unn rumor incesante e increchendo. En este planeta en que vivimos cada vez nos apiñamos más y más y de ahí el fragor de la batalla, competir por el espacio, por la preponderancia social, por tener más que el vecino, hasta ciertas personas que se denominan católicas se ven arrastradas en este torrente de vorágine demencial, tambien están los que se llaman así mismos cristianos y no lo son, solamente son gente rabiosa con la vida, llenas de odio y resentimiento que desean destruir a toda costa a quien no piensa como ellos, añadamos el islam con sus imposiciones, total un tremendo caos a ver quien hace más grande desastre de la tradición, una huída hacia delante, hacia un precipicio cierto que no pueden ver a causa del fragor de su rabia, envidia, rencor, resentimiento y falta de paz. Al parecer todo vale con tal de tener momentos de gloria sin pensar para nada en el momento siguiente. En medio de este fragor, (de este sansara que diria Herman Hess, en su libro Siddhartha) existen personas que saben la verdad revelada, creen o saben de algo real, auténtico, que se ven perseguidas levemente, que son menospreciadas por la inmensa mayoría de jumanos. Decir que se tiene Fe, ó, llevar un rosario colgado y viéndose la cruz es motivo de bromas soeces y en ocasiones de querer tocar tan preciado valuarte de nuestra Fe. Respeto no hay a menos que seas contrario a Dios, respeto no hay ni en bastantes "sacerdotes" que hace y des-hacen sin miramientos a la Doctrina y si les visitas en la hora parroquial y se expones tu parecer al respecto te saltan con la consabida retaíla del Concilio Vaticano II, cuando en el texto del mencionado dice textualmente lo contrario de lo que hacen estos modernistas. En fin que el camino se hace más que angosto, difícil de transitar, contra corriente social y en ocasiones produce cansancio, un cansancio extraño que no es fruto de actividad física para cansarse.
Viviré, rezaré. Vivo, rezo. Asisto a Misa que me resulta un esperpento, no hay otra cosa, y es que más que asistir a Misa para oírla como dice la Iglesia, voy a ver a nuestro Señor Jesucristo y haciendo esfuerzos ver de conectar con Él. Digo esfuerzos debido a la música que precede a la Misa, al cotorreo de la inmensa mayoria de feligreses, antes y después de Misa, parece más un club de campo o similar que una capilla para celebrar la muerte y resurección de Nuestro Señor Jesucristo. Me dicen que Jesucristo nos invita a comer, se celebra lo que llaman la Eucaristía, alejando así el auténtico significado de la Misa, de la Comunión espiritual y física con Jesucristo. Me hablan estando dentro, en la capilla, les indico con el dedo en los labios: silencio, me sonríen y se van, son irrespetuosos. La celebración de la Misa me parece más una represenatación teatral que otra cosa, van, suben al altar saludan a la advocación de la Virgen, olvidan revenrenciar a la advocación de Jesucristo e incluso inclinan la cabeza al cura cuando suben a leer y cuando se ven. Cansa, sí son situaciones en las que grutaría: blasfemia. Y qué decir de el acto de comulgar, el cura se frota las manos con alcohol, da la ostia en las manos, menos mal que a mi me la da en la boca.
Sí católicos que habéis llegado leyendo hasta aquí, el camino es angosto y sin poder escoger, o asisto a Misa a reverenciar a Nuestro Señor Jesucristo o peco por no asistir a Misa.
Me cuesta mucho, cada vez me resulta más cansino, sé que depende de mí encontrar el punto en que acuda a Misa y me centre del todo en Jesucristo y la posible conexión que busco incansablemente, mi Fe me la cuestionaba, pero poco a poco he ido siendo testigo del cumplimiento de peticiones hechas en las oraciones, mi vida ha cambiado mucho y acepto no sin rebrincarme por todo el fragor de la batalla que oígo y no sé como hacerle oídos sordos sin estar alerta de asechanzas y demás artimañas de quien sabemos y no quiero ni nombrar. Gracias por haber llegado hasta aquí leyendo este texto, un poco de desespeación, exasperación y búsqueda de calor fraternal católico. Gracias. Bendicenos Señor Jesucristo en esta lucha sin cuartel.
Salvador Maria
Los dos caminos "entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas !qué estrecha y que angosto el camino que lleva a la Vida!; y pocos son los que lo encuentran (Mt 7, 13-14). Biblia de Jerusalén en letra grande. Desclée De Brouwer.