Francisco “restringe” aún más el Rito Romano: Prohíbe el Orden Sagrado y la Confirmación
El texto que quedará en letra muerta fue aprobado por Francisco. Los peores puntos son:
- La coacción para concelebrar, especialmente en la Misa Crismal, que contradice el Derecho Canónico.
- Se prohíbe a todo el mundo el uso del Rito Romano Pontificio (es decir, no hay confirmaciones, ni ordenaciones sacerdotales), el Rito Romano Ritual sólo se permite en las parroquias personales;
- Se prohíbe el uso o la publicación de leccionarios en lengua vernácula que contengan las lecturas del Rito Romano, las lecturas de la Misa deben ser en lengua vernácula según las interpretaciones modernas;
- Los sacerdotes recién ordenados “necesitan” una autorización expresa de Francisco para celebrar el Rito Romano;
- Se recomienda conceder sólo temporalmente las facultades del Rito Romano;
- En ausencia de un sacerdote autorizado, el sacerdote que lo sustituya debe tener una autorización formal.
- La autorización del obispo diocesano también es necesaria para los diáconos y los “ministros instituidos”;
- Se “prohíbe” celebrar más de una Misa, o una Misa y una Eucaristía al día; pero un sacerdote puede presidir dos Eucaristías al día;
- La autorización para celebrar la Misa Romana es válida para un sacerdote diocesano sólo dentro de su diócesis de origen;
- Se destierra el Rito Romano de las iglesias parroquiales para afirmar que “no forma parte de la vida ordinaria de la parroquia”.
El texto está lleno de amargo cinismo, como la afirmación de que “como pastores no debemos prestarnos a polémicas estériles, capaces sólo de crear división, en las que el propio ritual [= Novus ordo] es a menudo explotado por puntos de vista ideológicos".
Otra afirmación sarcástica es la llamada a redescubrir el “valor de la reforma litúrgica preservando la verdad y la belleza del Rito que nos ha dado".
Ni que decir tiene que el cumplimiento de dicho texto no sólo contradiría la intención de Francisco, que ha polemizado en innumerables ocasiones contra el legalismo y la rigidez, sino que sería un pecado, ya que el arzobispo Roche no es dueño del rito de la Iglesia.
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