Querida Hermana Maryjesu:
Muchas gracias por esta musica que me hace recordar muchas cosas, pues tengo una madrina en un carmelo que me ha enviado esta poesia durante mi noviciado. que Dios le bendiga y la Virgen María siempr ele acompañe!
Muchisimas GRacias. está muy bonita la poesia y nos sirve para renovar la confianza en el Señor.
¡Gracias, Maryjesus! Es un auténtico regalo de Dios caído del cielo.
Me bajo el audio para una posible pps y vídeo.
Te dejo el que subimos ha tiempo de "Oh llama de amor viva!
¡Oh llama de amor viva! - San Juan de la Cruz
GRACIAS, MARYJESU, POR ESTE REGALO.
MUY HERMOSA POESÍA, ME TRAE GRATOS RECUERDOS DE ESPAÑA, DE SALAMANCA DONDE FRAY JUAN ESTUDIÓ... Y DE LOS AÑOS DE MIS ESTUDIOS ALLÁ EN SALAMANCA A POCOS KILÓMETROS DE ÁVILA.
GRACIAS POR ESTA BELLA INTERPRETACIÓN. VIVA SAN JUAN DE LA CRUZ.
Hermana espero que se encuentre muy bien en este día, la saludo con especial afecto, agradezco mucho por haberme tenido en cuenta con esta maravillosa canción. La felicito tiene un excelente gusto musical. También aprovecho para dar gracias a Dios por ese carisma tan hermoso y tan especial, hoy en la fiesta de San Juan de la Cruz. Que el Señor le conceda su paz.
dargracias
La noche oscura
Canciones del alma que se goza de haber llegado al
alto estado de la perfección, que es la unión con Dios,
por el camino de la negación espiritual.
En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada,
(¡oh dichosa ventura!)
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.
A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
(¡oh dichosa ventura!)
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz ni guía
sino la que en el corazón ardía.
Aquésta me guïaba
más cierta que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
¡Oh noche que me guiaste!,
¡oh noche amable más que el alborada!,
¡oh noche que juntaste
amado con amada,
amada en el amado transformada!
En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.
El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.
Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
Hermosísimo canto, maryjesu.