En su saludo navideño del 22 de diciembre a la Curia romana, el nostálgico Francisco elogió el desfasado Vaticano II como “una gran oportunidad de conversión [= secularización] para toda la Iglesia“ y un intento de hacer el Evangelio „actual, vivo, operativo en este momento histórico [de los años 60]“.
El deshonrado cardenal Angelo Becciu estuvo presente (vídeo a continuación). Francisco pretendió que la "reflexión actual sobre la sinodalidad de la Iglesia [= centralismo romano] nace de la convicción de que el camino para comprender el mensaje de Cristo es interminable y nos interpela continuamente". El sinodalismo, sin embargo, es una vieja herejía.
Arremetió contra los que se adhieren a la “fijación”, es decir, “el error de intentar cristalizar el mensaje de Jesús en una forma [= años 60] siempre válida”. El mismo Francisco que insiste en que el Novus Ordo es la única forma afirma ahora que “la forma debe poder cambiar siempre”.
Para él, la verdadera herejía consiste no sólo en predicar …Más