Dignitas Infinita: Tucho vuelve a sentir pena por las vacas sagradas del régimen
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Doblegarse ante las Naciones Unidas
Tucho afirma que desde el principio la Iglesia, impulsada por el Evangelio (¡!), ha tratado de promover "los derechos" de todas las personas. Se refiere a la [hipócrita] "Declaración Universal de los Derechos Humanos", fuertemente rechazada en su momento por Pío XII, y dice que fue "autorizada" por las Naciones Unidas.
Históricamente, los "derechos humanos" fueron inventados por la Revolución Francesa en 1789 para sustituir a los Diez Mandamientos y al Derecho Romano (etc.), que se basan en deberes, no en "derechos". Las leyes basadas en derechos acaban en derechos en conflicto, ambos discutibles y decididos al antojo del régimen ("juez"). Nunca se ha definido de quién es el deber de conceder un supuesto derecho, y quién debe pagar o trabajar para hacerlo posible.
Ideología de género
Tucho afirma que las personas tienen una "orientación sexual" mientras que, según la naturaleza/el catolicismo, todo el mundo está orientado sexualmente hacia el otro sexo o es retrasado mental.
Juega con el victimismo cuando se lamenta de que "en algunos lugares no pocas personas son encarceladas, torturadas [!] e incluso privadas de las cosas buenas de la vida sólo por su orientación sexual [= homosexuales]", mientras que en la vida real la propaganda homosexual se ha convertido en la nueva religión del Estado y los propagandistas homosexuales son sus vacas sagradas.
Tucho admite que la ideología de género niega la diferencia sexual: "El deseo de autodeterminación personal, como prescribe la teoría de género, aparte de la verdad fundamental de que la vida humana es un don, equivale a una concesión a la vieja tentación de convertirse en un dios". Y: "De ello se desprende que cualquier operación de cambio de sexo corre el riesgo [!?] de amenazar la dignidad única de la persona".
Sobre la gestación subrogada, Tucho afirma que atenta contra la dignidad del niño y también de la mujer.
No es sorprendente que su ideología de los "derechos" le falle y que un "derecho" entre en conflicto con otro cuando escribe: "El deseo legítimo de tener un hijo no puede transformarse en un "derecho a un hijo". Un "deseo legítimo" constituye un "derecho" porque "legítimo" significa que el deseo es conforme a la ley.
Tucho y Bergoglio deberían poner fin a sus fantasías homosexuales y mostrar más interés por promover las familias y los niños.
Traducción IA
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