Declaración de guerra: la lucha en dos fases de Francisco contra Summorum Pontificum
El primer golpe se espera para dentro de unas semanas - al amparo de las vacaciones de verano - y afecta a los sacerdotes diocesanos. Se les incapacitará litúrgicamente. Quien quiera celebrar la Misa Romana estará a merced de los obispos extremistas y tendrá que volver a pedirles permiso.
El segundo golpe llegará en otoño y afectará a las comunidades del Rito Antiguo. Se les obligará a adaptar su formación y su trabajo pastoral a las “directrices del Concilio Vaticano II”.
Una carta dirigida a los respectivos superiores exigirá la plena cooperación con los obispos diocesanos. En otoño, habrá una reunión de los superiores religiosos en Roma, donde se darán nuevas órdenes. En esa reunión, podrían ordenarse visitas a las comunidades para comprobar su “fidelidad al Concilio”.
El sitio web Summorum-Pontificum.de escribe que al tratar de forma diferente al clero diocesano y al religioso, Francisco está introduciendo la división para debilitar la resistencia.
El pretexto de la “fidelidad al Concilio” es una pista falsa. Los católicos críticos con el Concilio están hoy en día mucho más cerca del Vaticano II que los seguidores del grupo de Francisco que propaga el divorcio, la comunión protestante, el homosexualismo, la indiferencia religiosa y la religión del clima y de la mascarilla.
Imagen: © Joseph Shaw, CC BY-NC-SA, #newsBqgkbfszoi
