Si Padre apostolesdemaria que triste muchos sacerdotes heréticos modernistas han cambiado a Dios por el amor al Mundo. Eso denuncia Nuestro Señor Jesucristo por medio de Santa Brígida y por medio de la Virgen de la Sallete han perdido el rumbo y como son pescadores de almas el demonio captura su alma primero para así en su RED atrapar a muchísimas almas. Entran por la puerta ancha de la inmoralidad sexual que describe San Alfonso Ma de Ligorio al romper sus promesas de castidad el diablo los atrapa en su red, porque quien ha profanado su propio cuerpo que es Templo del Espiritu Santo es quien se atreve a profanar la Casa Física de Dios (permite comunión sacrílega para adúlteros y fornicarios, profanación de la liturgia, se rebelan contra la sotana, buscan la popularidad por amor al mundo, etc). Por eso a esa anti iglesia se le llama Ramera, porque fornica con el Mundo. Desobedecen la Voluntad de Dios para someterse a la esclavitud del Pecado por eso Dios los abandona para que hagan lo que ellos quieran. El Plan del lobby gay fue infiltrar los seminarios y corromperlos con el vicio para de esta manera destruir la Iglesia porque la Iglesia siempre ha señalado este Vicio como abominable para Dios. Por eso dice Santo Tomas por causa y efecto que los sodomitas son idolatras porque donde no habita Dios habitan el demonio. El marxismo cultural es el rostro de su ateísmo porque han negado a Dios, por eso se inclinan ante los dioses paganos. Convirtiéndose ellos mismos en habitación de demonios, por eso la Virgen les llamó en la Salette cloacas de impureza y advirtió que en las comunidades religiosas no se admitieran personas entregadas a los pecados de la carne, porque quien no sirve a Dios con su cuerpo tampoco le sirve en nada mas.

Muchos, la mayoría, de nuestros hermanos sacerdotes nos hemos acomodando al mundo... Hemos cambiado las Virtudes: LA FE, LA ESPERANZA Y LA CARIDAD, POR TENER, GUSTAR Y GASTAR...: El placer del confort nos domina, huimos del sacrifico, de la persecución... De la austeridad..., las insignias sacerdotales estorban: Sacerdotes sin sotana, misas sin ornamentos..., etc... Buscamos los aplausos, la popularidad, el reconocimiento... Todo lo contrario a Cristo: Aprended de mi, que Soy manso y humilde de Corazón.

San Alfonso Ma de Ligorio: Sacerdote mío, mira que habiéndote Dios exaltado tan alto al estado sacerdotal te ha sublimado hasta el cielo, haciéndote hombre no ya terreno, sino celestial; si pecas cae del cielo, por lo que has de pensar cuán funesta será tu caída, como te lo advierte San Pedro Crisólogo: “¿Qué cosa más alta que el cielo?; pues del cielo cae quien peca entre las cosas celestiales”...“Tu caída, dice San bernardo, será como la del rayo, que se precipita impetuoso” (...); es decir, que tu perdición será irreparable [Jer 21, 12]... De aquí nace lo que dice San Jerónimo, que “no hay en el mundo bestia tan cruel como el mal sacerdote, porque no quiere dejarse corregir” (...). Y San Juan Crisóstomo, o sea el autor de la “Obra imperfecta”, añade: “Los seglares se corrigen fácilmente, en cuanto que los sacerdotes, si son malos, son a la vez incorregibles” (...). ...A los sacerdotes que pecan se aplican de modo especial, según el parecer de San Pedro Damiano (...), estas palabras del Apóstol: A los que una vez fueron iluminados y fueron hechos participes del Espíritu Santo y gustaron la hermosa palabra de Dios... y recayeron, es imposible renovarlos segunda vez, convirtiéndolos a penitencia cuando ello, cuanto es de su parte, crucifican de nuevo al Hijo de Dios [Hebr 6, 4, 6]. ¿Quién en efecto, más iluminado que el sacerdote, ni paladeó, como él, los dones celestiales, ni participó tanto del Espíritu Santo? Dice Santo Tomás que los ángeles rebeldes quedaron obstinados en su pecado en plena luz; y así también, añade San Bernardo, será tratado por Dios el sacerdote, hecho como ángel del Señor y, como él, elegido o reprobado” (...).
Reveló el Señor a Santa Brigida que atendía a los paganos y a los judíos, pero que no encontraba nada peor que los sacerdotes, pues su pecado es como el que precipitó a Lucifer (...). Nótense aquí las palabras de Inocencio III: “Muchas cosas que son veniales tratándose de seglares, son mortales entre los eclesiásticos (...).