PADRE - HIJO Y ESPÍRITU SANTO: A. **Identidad de las Personas en el texto joánico** El texto joánico claramente establece que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son Personas distintas. La identidad …Más
PADRE - HIJO Y ESPÍRITU SANTO:
A. **Identidad de las Personas en el texto joánico**
El texto joánico claramente establece que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son Personas distintas. La identidad de cada uno de estos es única y se distingue claramente de las demás. Jesús se refiere al Espíritu Paráclito usando el pronombre personal "él" y descubre los lazos que unen al Padre, al Hijo y al Paráclito. Esta idea está respaldada en la Biblia: “Yo le preguntaré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre” (Juan 14:16).
B. **Interdependencia de las Personas**
El texto sugiere una interdependencia entre Cristo y el Espíritu Santo. La venida del Espíritu Santo está directamente relacionada con la partida de Cristo. La presencia del Espíritu Santo no solo sigue a la partida de Cristo, sino que es una consecuencia directa de la redención realizada por Cristo. Este concepto está respaldado por Juan 16:7, "Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré".
C. **Revelación Trinitaria**
El texto culmina en la revelación de la Trinidad, la relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y el mandato misional de la Iglesia. Este mandato misional también alberga la fórmula trinitaria del bautismo, que es fundamental para la vida divina de Dios y el misterio de la Trinidad. Mateo 28:19 sustenta esto: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo".
D. **Dios es amor**
Dios en su vida íntima es amor, que es común a las tres Personas divinas. El Espíritu Santo es la manifestación de este amor como el Espíritu del Padre y del Hijo. 1 Juan 4:8 respalda esta afirmación: "El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor".
E. **El Espíritu Santo como don**
El Espíritu Santo se manifiesta como un don de amor entre las Personas divinas. Esta manifestación del Espíritu Santo como don se extiende a la creación y a la gracia dada a los humanos. Esta idea se refuerza en Romanos 5:5: "Y la esperanza no nos defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado".
F. **El Espíritu Santo y la gracia**
El texto también aborda la idea de que la gracia es un don del Espíritu Santo, una dádiva derivada de la divinidad del Padre y del Hijo. Esta gracia es el amor de Dios derramado en los corazones de los hombres, un regalo que proviene de la economía de la salvación. Esta idea está reflejada en Efesios 2:8, "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios".
**Conclusión**
El texto proporciona una profunda reflexión sobre la naturaleza de la Trinidad en el texto joánico. Se destaca la identidad única de las tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y cómo están interconectadas. Se pone de relieve la naturaleza amorosa de Dios y cómo el Espíritu Santo es una manifestación de este amor divino. Finalmente, el Espíritu Santo se presenta como un don, una idea que se extiende a todas las cosas creadas y a la gracia otorgada a los seres humanos. Cada uno de estos aspectos está respaldado por versículos bíblicos que brindan una mayor comprensión y confirmación de estas ideas.
A. **Identidad de las Personas en el texto joánico**
El texto joánico claramente establece que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son Personas distintas. La identidad de cada uno de estos es única y se distingue claramente de las demás. Jesús se refiere al Espíritu Paráclito usando el pronombre personal "él" y descubre los lazos que unen al Padre, al Hijo y al Paráclito. Esta idea está respaldada en la Biblia: “Yo le preguntaré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre” (Juan 14:16).
B. **Interdependencia de las Personas**
El texto sugiere una interdependencia entre Cristo y el Espíritu Santo. La venida del Espíritu Santo está directamente relacionada con la partida de Cristo. La presencia del Espíritu Santo no solo sigue a la partida de Cristo, sino que es una consecuencia directa de la redención realizada por Cristo. Este concepto está respaldado por Juan 16:7, "Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré".
C. **Revelación Trinitaria**
El texto culmina en la revelación de la Trinidad, la relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y el mandato misional de la Iglesia. Este mandato misional también alberga la fórmula trinitaria del bautismo, que es fundamental para la vida divina de Dios y el misterio de la Trinidad. Mateo 28:19 sustenta esto: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo".
D. **Dios es amor**
Dios en su vida íntima es amor, que es común a las tres Personas divinas. El Espíritu Santo es la manifestación de este amor como el Espíritu del Padre y del Hijo. 1 Juan 4:8 respalda esta afirmación: "El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor".
E. **El Espíritu Santo como don**
El Espíritu Santo se manifiesta como un don de amor entre las Personas divinas. Esta manifestación del Espíritu Santo como don se extiende a la creación y a la gracia dada a los humanos. Esta idea se refuerza en Romanos 5:5: "Y la esperanza no nos defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado".
F. **El Espíritu Santo y la gracia**
El texto también aborda la idea de que la gracia es un don del Espíritu Santo, una dádiva derivada de la divinidad del Padre y del Hijo. Esta gracia es el amor de Dios derramado en los corazones de los hombres, un regalo que proviene de la economía de la salvación. Esta idea está reflejada en Efesios 2:8, "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios".
**Conclusión**
El texto proporciona una profunda reflexión sobre la naturaleza de la Trinidad en el texto joánico. Se destaca la identidad única de las tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y cómo están interconectadas. Se pone de relieve la naturaleza amorosa de Dios y cómo el Espíritu Santo es una manifestación de este amor divino. Finalmente, el Espíritu Santo se presenta como un don, una idea que se extiende a todas las cosas creadas y a la gracia otorgada a los seres humanos. Cada uno de estos aspectos está respaldado por versículos bíblicos que brindan una mayor comprensión y confirmación de estas ideas.