Lo que distingue a EL Y YO de todos esos libros hermanos, es que su autora no parece vivir entre los muros de un claustro ni llevar una vida sedentaria, ni siquiera la vida quieta de una madre de familia entregada a su hogar. Los horizontes de este libro no son algo así como el ámbito de un pequeño jardín cerrado; sino que las notas espirituales se van como regando a través del mundo entero. Se trata de las Nota espirituales de una mujer de mundo.
Por todos los caminos de Francia, y más allá aún, desde Montreal a Argel, de Roma a Quebec, de Kairuam a Palerma; a bordo de un ferrocarril o en barco o en carro; lo mismo en el metro que en el teatro, El, el Divino Compañero, se hace presente de continuo a un alma atenta que se recoge y escucha, y esto no obstante las mil distracciones a que se ve continuamente expuesta. Si como lo dice la Imitación de Cristo, “los que viajan mucho rara vez se santifican”, la conversación entre EL Y YO es una excepción a la regla.
Esta es la razón de …Más
De acuerdo con el comentario anterior. Se trata de un diálogo maravilloso, que a mí me ha ayudado mucho porque la mística recibe comunicaciones en estados de ánimo y contextos muy diferentes, y se parecen mucho a aquellos por los que pasa cualquier mortal. La versión que había era una traducción poco agraciada, tengo ganas de leer esta, gracias por subirla.