Bergoglio arrastró al infierno a varios pedófilos que protegió en Argentina, y ya murieron, uno de ellos de sida. Fue cómplice del pedófilo McCarrick. Se sabe que Bergoglio encubrió a los sacerdotes pedófilos apóstatas Grassi, Zanchetta, confirmó en la sodomia al activista homosexual Tucho Fernandez y su exalumno homosexual, el activista gay Yayo Grassi. Todos ellos han reconocido a Bergoglio como su mentor. La malicia de Prevost radica en que, a pesar de que Bergoglio ha sido expuesto, siguen citando a un depravado corruptor de menores y asesino de almas como Bergoglio, lo que lo convierte en cómplice y en camino a la condenación eterna. Porque en lugar de ser fiel a Cristo y al Evangelio, prefirió ser fiel a Bergoglio, quien declaró abiertamente la guerra a Dios y a la Iglesia.