Dijo Francisco: «Sobre el programa, en cambio, sigo el que los cardenales
pidieron durante las congregaciones generales ANTES del cónclave. Voy en esa dirección. El Consejo de los ocho cardenales, un organismo externo,
nace de ahí. Había sido pedido para que ayudase a reformar la curia…
Mis decisiones son el fruto de las reuniones pre‐cónclave. No he hecho nada yo solo» (Bergoglio en la entrevista al “
Il Messaggero” – 9 de junio del 2014).
Obsérvese cómo en esta carta escrita por Bergoglio antes del cónclave inválido expresa su odio a la Iglesia y su intención de cambiarla a su conveniencia.
[El
cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, reveló el contenido de un documento con la intervención que pronunció su homólogo Jorge Bergoglio
antes de ser elegido pontífice. Ortega dio a conocer el texto que Bergoglio le regaló de puño y letra con su ponencia realizada antes del cónclave en el que los cardenales luego lo eligieron papa]. “
La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no sólo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria”, escribió el pontífice. El segundo apartado
caracterizó a la institución como una iglesia “autorreferencial”, centrada en sí misma, una tendencia que enferma a la institución. En el punto tres Bergoglio profundizó este problema. “
La Iglesia, cuando es autorreferencial, sin darse cuenta, cree que tiene luz propia… y da lugar a ese mal tan grave que es la mundanidad espiritual”. El cuarto hizo un comentario sobre las características que él consideraba debía tener un papa actual.
El pontífice sería, explicó Bergoglio, “
un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo…
ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales”. (
Palabras de Bergoglio a los cardenales antes del Cónclave. La Voz, 26 de marzo de 2013)