Fraude de los abusos: Miembro del Opus Dei atraviesa el infierno
Luego de una caza de brujas mediática de la oligarquía, Martínez fue condenado falsamente por “abusar” de un tal Juan Cuatrecasas cuando Martínez fue su profesor entre 2006-2010 en el Colegio Gaztelueta de Lejona, propiedad del Opus Dei.
Martínez siempre ha defendido su inocencia y ha mantenido la misma versión de los hechos, mientras que Cuatrecasas y su familia han aportado historias siempre cambiantes.
Una investigación vaticana exculpó a Martínez.
Después de su condena, Martínez padeció cáncer, como él dice, una somatización de la injusticia que ha sufrió.
Su acusador empezó a tomar psicotrópicos ya a los 10 años, antes de conocer a Martínez. Más tarde, experimentó alucinaciones. El psiquiatra Iñaki Viar, condenado a veinte años de cárcel en 1970 por ayudar a colocar una bomba de ETA, fue el testigo clave de la acusación.
Finalmente, Francisco se involucró personalmente en el caso, escribiendo una nota a Cuatrecasas y hablando a su favor sin motivo.
El Vaticano abrió un segundo juicio canónico. Martínez se enteró por los medios de comunicación oligarcas. Quiere aplicar normas canónicas con carácter retroactivo, lo que contradice los derechos humanos, aplica la legislación eclesiástica a un laico y ha recibido a los acusadores pero no a la víctima.
Martínez escribe: “Estoy destrozado por tantos abusos”. Tuvo que cambiar de trabajo y dejar atrás su pasión de toda la vida: la educación. “Me han destrozado la vida”.
El padre de la falsa víctima, también llamado Juan Cuatrecasas, utilizó el caso para adquirir notoriedad y ser diputado en el Congreso por los socialistas del régimen español.
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