500 clérigos británicos dicen no a Francisco
Los sacerdotes le explican que la doctrina católica es inmutable. "Sobre la base de la Escritura, que presenta los actos homosexuales como actos de grave depravación, la tradición siempre ha declarado que 'los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados'".
No ven "ninguna situación en la que la bendición de una pareja pueda distinguirse correcta y adecuadamente de un cierto grado de aprobación" y ello conduciría inevitablemente al escándalo [y peor aún: a la blasfemia].
La práctica de tales "bendiciones" confundiría la doctrina del matrimonio y de la sexualidad humana. Los sacerdotes concluyen que "tales bendiciones son pastoral y prácticamente inadmisibles".
Imagen: Confraternity of Catholic Clergy © Tim Finigan, Traducción IA
