Clericalismo en acción: Un nuncio ataca a una mujer
Empujó a una mujer que se había arrodillado para recibir la Comunión. El italiano Musarò la obligó a levantarse y luego la agredió, separándole las palmas de las manos.
Repitió su agresión con una segunda mujer y se negó a permitir que otros fieles recibieran la Comunión.
Para colmo de males, el colegial hizo que su secretaria redactara el 11 de enero una declaración en la que afirmaba que “en ningún momento” pretendió “ofender a nadie”, sino “apreciar la devoción y el celo al recibir la Comunión” [sic].
Suponiendo que su audiencia estaba compuesta por imbéciles, dijo que él estaba motivado por la “reforma litúrgica” del Vaticano II, que “alienta la idea de un pueblo peregrino en camino hacia el encuentro con el Señor”. Entonces, ¿por qué Musarò no caminó mientras distribuía la Comunión?
La Instrucción Redemptionis Sacramentum (n. 91) de 2004 prohíbe negar la Comunión a un fiel que desee recibirla arrodillado. Pero el Vaticano tiene una larga tradición de decir una cosa y hacer lo contrario. Esto se llama deshonestidad.
Imagen: San José TV, #newsDgrennqcjg
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