La actriz porno abandona el aburrimiento sin fin del pecado
Había anunciado su conversión el 1 de enero de 2024, renunciando a su antigua vida aburrida.
En sus redes sociales, declaró públicamente que se había arrepentido de sus "innumerables pecados" y abandonado su "vida de pecado, riqueza, vicio y vana autoobsesión".
Se describe a sí misma como "una pecadora arrepentida que se ha vuelto a Cristo; una antigua actriz y productora porno".
"Renuncio a todos mis ingresos y entrego mi vida a Cristo. Dejando atrás mi vida de pecado desenfrenado, vicio, orgullo, libertinaje, vanidad y mentiras para vivir -por la gracia de Dios- una vida de verdad, belleza, obediencia a la voluntad divina de Dios, virtud y humildad", escribió en Twitter.
"Gracias Jesús por no abandonar a una pecadora tan miserable. Gracias, María, Madre de Dios, por tu inmenso amor y consuelo", añadió.
Bree también insistió en que "el perdón y la misericordia de Dios son reales. Si alguien tan rota y pecadora como yo puede ser redimida y convertida, no hay duda de que cualquiera que lea esto puede ser salvado por Su divina misericordia".
Bautizada como luterana de niña, se alejó de Dios en la universidad, donde vivió entre "la embriaguez, las drogas y la promiscuidad". Después cayó en la pornografía.
En 2023 viajó a Italia y contempló el crucifijo en las iglesias. En Sorrento, empezó a sentirse conmovida por la imagen de la Virgen: "Sentí que la Virgen me llamaba de una manera muy especial. Cada vez que entraba en una iglesia, la buscaba, realmente sentía su presencia. Quería saludarla y pedirle que me ayudara a superar la tragedia que había sufrido".
En Asís, "San Francisco me impresionó, pero Santa Clara me conmovió hasta las lágrimas. Me arrodillé ante su tumba y le pedí ayuda", dijo.
Cuando regresó a Estados Unidos, todo cambió: "Me di cuenta de que ya no quería esta vida. Odiaba mi trabajo. Me sentía incómoda y culpable por el trabajo que había realizado durante una década. No podía dejar de pensar en todo lo que había hecho y en todas las vidas que había afectado negativamente a través de la pornografía y la vida obscena que llevaba".
Buscó a un sacerdote, habló con él y le contó sus encuentros, que fueron como "una cascada de luz" y la hicieron querer "ser mejor persona". "Quería ser pura, quería ser feliz y quería ser un bello ejemplo del amor de Dios.
"Sinceramente, me enamoré de la Iglesia católica. Hay tanta riqueza en la fe. La Santísima Trinidad, el Padre, Jesús, el Espíritu Santo, María Madre de Dios, todos los santos inspiradores, heroicos y hermosos, los sacramentos, la historia, la tradición, ¡todo! Pero lo que más me conmovió fue la Eucaristía.
En la actualidad, Bree Solstad se ha dedicado a la fabricación de rosarios y a la venta de artículos religiosos.
Traducción IA
