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Sor María Jesús de Ágreda. by versoriatelevision on Sep 9, 2010More
Sor María Jesús de Ágreda.

by versoriatelevision on Sep 9, 2010
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Sor María de Jesús de Ágreda
María Coronel y Arana
, más conocida como María de Jesús de Ágreda O.I.C. (Ágreda, 2 de abril de 1602 - Ágreda, 24 de mayo de 1665), abadesa del convento de las Madres Concepcionistas de Ágreda, Soria, también conocida como La Venerable, Sor María, o Madre Ágreda, fue una escritora y monja concepcionista española. Es considerada por los católicos una de …More
Sor María de Jesús de Ágreda
María Coronel y Arana
, más conocida como María de Jesús de Ágreda O.I.C. (Ágreda, 2 de abril de 1602 - Ágreda, 24 de mayo de 1665), abadesa del convento de las Madres Concepcionistas de Ágreda, Soria, también conocida como La Venerable, Sor María, o Madre Ágreda, fue una escritora y monja concepcionista española. Es considerada por los católicos una de las más grandes místicas de la historia de la Iglesia católica. Mantuvo una abundante relación epistolar con el rey Felipe IV durante más de veinte años.
Mauricio3691
Mística Ciudad de Dios es ya una obra clásica de la espiritualidad de esa época.
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Sor María Jesús de Ágreda.
María Coronel y Arana, más conocida como María de Jesús de Ágreda O.I.C. (Ágreda, 2 de abril de 1602 - Ágreda, 24 de mayo de 1665), abadesa del convento de las Madres Concepcionistas de Ágreda, Soria, también conocida como La Venerable, Sor María, o Madre Ágreda, fue una escritora y monja concepcionista española. Es considerada por los católicos una de …More
Sor María Jesús de Ágreda.
María Coronel y Arana, más conocida como María de Jesús de Ágreda O.I.C. (Ágreda, 2 de abril de 1602 - Ágreda, 24 de mayo de 1665), abadesa del convento de las Madres Concepcionistas de Ágreda, Soria, también conocida como La Venerable, Sor María, o Madre Ágreda, fue una escritora y monja concepcionista española. Es considerada por los católicos una de las más grandes místicas de la historia de la Iglesia católica. Mantuvo una abundante relación epistolar con el rey Felipe IV durante más de veinte años.
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🤗 Padre Gerardo y Susy.. 😇
Susy Longoria
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Germen
María de Jesús de Ágreda, es, indiscutiblemente, la figura espiritual más interesante de la España del siglo XVII. Es el gran exponente de la espiritualidad del barroco, entonces en todo su furor. Sus valores humanos fueron extraordinarios.
María Coronel y Arana nació en la calle de las Agustinas. Sus padres se llamaban Francisco Coronel y Catalina de Arana. Concibieron 11 hijos, pero sólo cuatro …More
María de Jesús de Ágreda, es, indiscutiblemente, la figura espiritual más interesante de la España del siglo XVII. Es el gran exponente de la espiritualidad del barroco, entonces en todo su furor. Sus valores humanos fueron extraordinarios.
María Coronel y Arana nació en la calle de las Agustinas. Sus padres se llamaban Francisco Coronel y Catalina de Arana. Concibieron 11 hijos, pero sólo cuatro sobrevivieron: Francisco, José, María y Jerónima.
De ascendencia judía por vía paterna, fue de voluntad generosa, inteligente, imaginación creadora, gran capacidad de asimilación y facilidad para escribir. Su virtud ha sido reconocida por todos: oración intensa, penitencias, pobreza, caridad y celo apasionado por los demás, etc. Los fenómenos externos (por ejemplo, éxtasis) la hicieron pronto célebre. Sobre todo sus «apariciones» en Nuevo México y Texas, en donde evangelizaba y enviaba a los indios a pedir el bautismo a los misioneros franciscanos («La dama azul de los llanos»).
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Ágreda, sor Ma. de Jesús: Mística Ciudad de Dios: Purísima Concepción. -Formación del hermoso cuerpo y el alma hermosísima de la Virgen.
En aquella noche tan pesada de la ley antigua, determinó Dios dar prendas ciertas del día de la gracia, enviando al mundo dos luceros clarísimos que anunciasen la claridad ya vecina del Sol de justicia, Cristo nuestra salud. Estos fueron San Joaquín y Santa …More
Ágreda, sor Ma. de Jesús: Mística Ciudad de Dios: Purísima Concepción. -Formación del hermoso cuerpo y el alma hermosísima de la Virgen.
En aquella noche tan pesada de la ley antigua, determinó Dios dar prendas ciertas del día de la gracia, enviando al mundo dos luceros clarísimos que anunciasen la claridad ya vecina del Sol de justicia, Cristo nuestra salud. Estos fueron San Joaquín y Santa Ana, prevenidos y criados por la divina voluntad para que fuesen hechos a medidade su corazón. San Joaquín tenía casa, familia y deudos en Nazareth, pueblo de Galilea. Y fue siempre varón justo y santo, ilustrado con especial gracia y luz de lo alto. Tenía inteligencia de muchos misterios de las Escrituras y Profetas antiguos; y con oración continua y fervorosa pedía a Dios el cumplimiento de sus promesas; y su fe y caridad penetraban los cielos. Era varón puro, de costumbres santas y suma sinceridad; pero de gran peso y severidad y de incomparable compostura y honestidad. Santa Ana tenía su casa en Belén, y era doncella castísima, humilde y hermosa, y desde su niñez santa, compuesta y llena de virtudes. Tuvo también grandes y continuas ilustraciones del Altísimo; y siempre ocupaba su interior con altísima contemplación, siendo juntamente muy oficiosa y trabajadora, con que llegó a la plenitud de la perfección de las vidas activa y contemplativa. Tenla noticia infusa de las Escrituras divinas y profunda inteligencia de sus escondidos misterios y sacramentos; y en las virtudes infusas, fe, esperanza y caridad, fue incomparable. Con estos dones prevenida, oraba continuamente por la venida del Mesías; y sus ruegos fueron tan aceptos al Señor para acelerar el paso, que singularmente le pudo responder había herido su corazón en uno de sus cabellos. Pasaron estos santos casados veinte años sin sucesión de hijos:cosa que en aquella edad y pueblo se tenía por más infelicidad y desgracia, a cuya causa padecieron entre sus vecinos y conocidos muchos oprobios y desprecio; que los que no tenían hijos se reputaban como excluidos de tener parte en la venida del Mesías que esperaban. Pero el Altísimo, que por medio de esta humillación los quiso afligir y disponer para la gracia que les prevenía, les dio tolerancia y conformidad para que sembrasen con lágrimas y oraciones el dichoso fruto que después habían de coger. Hicieron grandes peticiones de lo profundo de su corazón, teniendo para esto especial mandato de lo alto; y ofrecieron al Señor, con voto expreso, que si les daba hijos, consagrarían a su servicio en el templo el fruto que recibiesen de bendición. Y el hacer este ofrecimiento fue por especial impulso del Espíritu Santo, que ordenaba cómo antes de tener ser la que había de ser morada de su unigénito Hijo, fuese ofrecida y como entregada por sus padres almismo Señor. Ordenó el Altísimo que la embajada de la concepción de su Madre santísima fuese en algo semejante a la que después se había dehacer de su inefable Encarnación. Porque Santa Ana estaba meditando con humilde fervor en la que había de ser madre de la Madre del Verbo encarnado; y la Virgen Santísima hacía los mismos actos y propósitos para la que había de ser Madre de Dios. Y fue uno mismo el Ángel de las dos embajadas, y en forma humana, aunque con más hermosura y misteriosa apariencia, se le mostró a, la Virgen María. Nunca descubrió la prudente matrona Ana el secreto a San Joaquín, ni a otra criatura alguna, de que su hija había de ser Madre del Mesías. Ni el santo padre en el discurso de la vida conoció más de que sería grande y misteriosa mujer; pero en los últimos alientos, antes de la muerte, se lo manifestó el Altísimo. Prevenidas tenía la divina Sabiduría todas las cosas, para sacaren limpio del borrón de toda la naturaleza a la Madre de la gracia. Estaba ya junta y cumplida la congregación y número de los Patriarcas antiguos y Profetas, y levantados los altos montes sobre quien se debía edificar esta ciudad mística de Dios. Habíala señalado con el poder de su diestra incomparables tesoros de su divinidad para dotarla y enriquecerla. Teníale mil ángeles aprestados para su guarnición y custodia, y que la sirviesen como vasallos fidelísimos a su Reina y Señora. Preparóla un linaje real de quien descendiese; y escogióla padres santísimos y perfectísimos, de quien inmediatamente naciese, sin haber otros más santos en aquel siglo; que si los hubiera, y fueran mejores y más idóneos para padres de la que el mismo Dios elegía por madre, los escogiera el Todopoderoso. Dispúsolos con abundante gracia y bendiciones de su diestra, ylos, enriqueció con todo género de virtudes y con iluminación de ladivina ciencia y dones del Espíritu Santo. Y después de haberles evangelizado a los dos santos Joaquín y Ana que se les daría una hija admirable y bendita entre las mujeres, se ejecutó la obra de la primeraconcepción, que era la del cuerpo purísimo de María. Tenían los padres de edad, cuando se casaron, Santa Ana veinticuatro años y Joaquín cuarenta y seis. Pasáronse veinte años después del matrimoniosin tener hijos, y así tenía la madre al tiempo de la concepción de la hija cuarenta y cuatro años, y el padre sesenta y seis. Y aunque fue porel orden común de las demás concepciones; pero la virtud del Altísimola quitó lo imperfecto y desordenado, y la dejó lo necesario y precisode la naturaleza, para que se administrase la materia debida de que sehabía de formar el cuerpo más excelente que hubo ni ha de haber enpura criatura. Puso Dios término a la naturaleza en los padres, y la gracia previno que no hubiese culpa ni imperfección, pero virtud y merecimiento, y toda medida en el modo; que siendo natural y común, fue gobernado, corregido y perfeccionado con la fuerza de la divina gracia, para que ella hiciese su efecto sin estorbo de la naturaleza. Y en lasanta matrona Ana resplandeció más la virtud de lo alto por la esterilidad natural que tenía; con lo cual de su parte el concurso fue milagroso en el modo, y en la substancia más puro: y sin milagro no podía concebir; porque la concepción que se hace sin él y por sola naturalvirtud y orden, no ha de tener recurso ni dependencia inmediata deotra causa sobrenatural, más que de sola la de los padres, que así como concurren naturalmente al efecto de la propagación, así también administran la materia y concurso con imperfección y sin medida. Pero en esta concepción, aunque el padre no era naturalmenteinfecundo, por la edad y templanza estaba ya la naturaleza corregida y casi atenuada; y así fue por la divina virtud animada, reparada y prevenida de suerte que pudo obrar y obró de su parte con toda perfección y tasa de las potencias, y proporcionadamente a la esterilidad de la madre. Y en entrambos concurrieron la naturaleza y la gracia; aquélla cortés, medida y sólo en lo preciso e inexcusable, y ésta superabundante, poderosa y excesiva, para absorber a la misma naturaleza no confundiéndola, pero realzándola y mejorándola con modo milagroso: de suerte que se conociese cómo la gracia había tomado por su cuenta esta concepción, sirviéndose de la naturaleza,o que bastaba para queesta inefable hija tuviese padres naturales. Y el modo de reparar la esterilidad de la santísima madre Ana no fue restituyéndole el natural temperamento que le faltaba a la potencia natural para concebir, para que así restituido concibiese como las,demás mujeres sin diferencia; pero el Señor concurrió con la potencia estéril con otro modo más milagroso para que administrase materia natural de que se formase el cuerpo. Y así la potencia y la materia fueron naturales; pero el modo de moverse fue por milagroso concursode la virtud divina. Y cesando el milagro de esta admirable concepción, se quedó la madre en su antigua esterilidad para no concebirmás, por no habérsele quitado ni añadido nueva calidad al temperamento natural. Este milagro me parece se entenderá con el que hizo Cristo Señor nuestro cuando San Pedro anduvo sobre las aguas, que para sustentarlo no fue necesario endurecerlas ni convertirlas en cristal o hielo, sobre que anduviese naturalmente, y pudieran andar otros sin milagro más del que se hiciera en endurecerlas; pero sin convertirlas en duro hielo pudo el Señor hacer que sustentasen al cuerpo del Apóstol, concurriendo con ellas milagrosamente, de suerte que pasado el milagro se hallaron las aguas líquidas, y aún lo estaban también mientras San Pedro corría por ellas, pues comenzó a zozobrar y a anegarse; y sin alterarlas con nueva cualidad se hizo el milagro. Muy semejante a éste (aunque mucho más admirable) fue el milagro de concebir Ana, madre de María Santísima: y así estuvieron en esto sus padres gobernados con la gracia, tan abstraídos de la concupiscencia y delectación, que le faltó aquí a la culpa original el accidente imperfecto, que de ordinario acompaña a la materia o instrumento con que se comunica. Quedó sola la materia desnuda de imperfección, siendo la acción meritoria. En esta formación del purísimo cuerpo de María anduvo tan vigilante (a nuestro entender) la sabiduría y poder del Altísimo, que le compuso con gran peso y medida en la cuantidad y cualidades de los cuatro humores naturales, sanguíneo, melancólico, flemático y colérico; para que con la proporción perfectísima de esta mezcla y compostura ayudase sin impedimento a las operaciones del alma tan santa como le había de animar y dar vida. Y este milagroso temperamento fue después como principio y causa en su género para la serenidad y paz que conservaron las potencias de la Reina del cielo toda su vida, sin que alguno de estos humores le hiciese guerra ni contradicción, ni predominase a los otros; antes bien se ayudaban y servían recíprocamente, para conservarse en aquella bien ordenada fábrica sin corrupción ni putrefacción; porque jamás la padeció el cuerpo de María Santísima: ni le faltó ni sobró cosa alguna; pero todas las cualidades ycuantidad tuvo siempre ajustadas en proporción, sin más ni menossequedad o humedad de la necesaria para la conservación, ni más calor de lo que bastaba para la defensa y decocción, ni más frialdad delaque se pedía para refrigerar y ventilarse los demás humores. El día en que sucedió la primera concepción del cuerpo de María Santísima, fue domingo correspondiente al de la creación de los ángeles, cuya Reina y Señora había de ser superior a todos. Y aunque para la formación y aumento de los demás cuerpos son necesarios, por orden natural y común, muchos días para que se organicen y recibanla última disposición para infundirse en ellos el alma racional, y dicen que para los varones se requieren cuarenta y para las mujeres ochenta, poco más o menos, conforme al calor natural y disposición de las madres; pero en la formación corporal de María Santísima la virtud divina aceleró el tiempo natural, y lo que en ochenta días (o los que naturalmente eran necesarios) se había de obrar, se hizo más perfectamente en siete. En los cuales fue organizado y preparado aquel milagroso cuerpo en el aumento y cuantidad debida en el vientre deSanta Ana, para recibir la alma santísima de su hija, Señora y Reina nuestra. Y el sábado siguiente, y próximo a esta primera concepción, se hizo la segunda, criando el Altísimo el alma de su Madre, e infundiéndola en su cuerpo; con que entró en el mundo la pura criatura más santa, perfecta y agradable a sus ojos de cuantas ha criado y criará hasta el fin del mundo, ni por sus eternidades. En la correspondenciaque tuvo esta obra con la que hizo Dios criando todo el resto del mundo en siete días, como lo refiere el Génesis, tuvo el Señor misteriosa atención; pues aquí sin duda descansó con la verdad de aquella figura,habiendo criado la suprema criatura de todas, dando con ella principio a la obra de la encarnación del Verbo divino y a la redención del linaje humano. Y así fue para Dios este día como festivo y de Pascua, yt ambién para todas las criaturas. Por este misterio de la Concepción de María Santísima ha ordenado el Espíritu Santo que el día del sábado fuese consagrado a la Virgen en la santa Iglesia, como día en que se hizo para ella el mayor beneficio, criando su alma santísima y uniéndola con su cuerpo, sin que resultase el pecado original ni efecto suyo. Y el día de su concepción, que celebra hoy la Iglesia, fue, no el de la primera de sólo el cuerpo, sino el día de la segunda concepción o infusión del alma, con la cual estuvo nueve meses ajustados en el vientre de, Santa Ana, que son los que hay desde la Concepción hasta la Natividad de esta Reina., Al tiempo de infundirse el alma en el cuerpo de esta divina Señora, quiso el Altísimo que su madre Santa Ana sintiese y reconociesela presencia de la Divinidad por modo altísimo con que fue llena del Espíritu Santo, y movida interiormente con tanto júbilo y devoción sobre sus fuerzas ordinarias, que fue arrebatada en un éxtasis soberano, donde fue ilustrada con altísimas inteligencias de muy escondidos misterios, y alabó al Señor con nuevos cánticos de alegría.
CAPITULO II Inquieta a Lucifer el preñado de Ana. - Intenta derribar la casa de Joaquín. - Incita a ciertas mujeres a mofarse lo la embarazada, - Nace la Virgen en un rapto extático. -El arcángel Gabriel baja al limbo con la nueva. - Una legión angélica presenta en un escudo resplandeciente el dulce nombre de María
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