Dos grupos católicos independientes piden al Vaticano que se ARREPIENTA
88 mujeres católicas de 25 países emitieron una carta el 8 de marzo subrayando la crueldad del aborto y protestando por la comercialización en curso del cuerpo del niño.
Las declaraciones de la Iglesia que aprueban las vacunas se basan en “una evaluación incompleta de la ciencia de la vacunación y la inmunología”, dice la declaración, la cual está firmada por médicos, enfermeras, expertos en bioética, religiosas y activistas provida, entre ellos la amiga personal de Juan Pablo II, Wanda Półtawska, de 100 años, y tres ex miembros de la Academia Pontificia para la Vida.
Una segunda declaración del obispo de Tyler (Texas), monseñor Joseph Strickland, y varios académicos puede ser firmada en línea:
“Incluso si, como una cuestión de principios generales, no siempre es moralmente ilícito usar tales vacunas contaminadas con el aborto temporalmente, en extrema necesidad, e incluso bajo enérgicas protestas, el uso de tales vacunas nunca debe promoverse como obligatorio, o como un deber universal”, dice el comunicado.
Es predecible que estas meritorias declaraciones sean simplemente ignoradas, ya que contradicen la narrativa establecida por los que están en el poder.
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