En vísperas de Año Nuevo, el padre Gregorio Hidalgo, de 44 años, un sacerdote ayudante en Simi Valley, en la Arquidiócesis de Los Ángeles (Estados Unidos), quien había sido llamado a un hospital para dar la Comunión, se dirigió equivocadamente a una habitación.
Se encontró con una paciente moribunda. Hidalgo le preguntó si ella quería confesarse, a lo cual la mujer respondió afirmativamente.
Después de dejar la habitación, Hidalgo se dio cuenta que había visitado a la paciente que no correspondía. La mujer, visitada por error, falleció dos horas más tarde. En Twitter, Hidalgo lo llamo su “mejor error” para siempre.
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