Francisco ha nombrado demasiado cardenales chapuceros
Después de anunciar el consistorio de 2022, Van Looy (ex Gent) declinó por haber estropeado en casos de abusos. Otras dos figuras turbias, McElroy (San Diego) y Cantoni (Como) siguieron en carrera.
Cantoni ordenó al padre Martinelli, quien estuvo involucrado en asuntos de homosexuales en el seminario menor del Vaticano, y como obispo de Crema estropeó el caso del padre Mauro Inzoli.
Inzoli -un destacado sacerdote- confesó parcialmente haber manoseado entre 2004 y 2008 hasta 20 jóvenes, en su mayoría varones, que tenían entre 12 y 16 años. En julio de 2011 la Congregación para la Doctrina de la Fe ordenó su castigo.
En agosto de 2012, Cantoni condenó a Inzoli a una suspensión de cinco años, diciendo que el propósito del “espíritu eclesial es siempre acompañar maternalmente a sus hijos, incluso cuando cometen errores, en vez de condenarlos”. Francisco habría dicho lo mismo, siempre y cuando el “culpable” no sea culpable de ser católico.
Sin embargo, la CDF no aceptó la decisión de Cantoni y ordenó la reducción al estado laical de Inzoli. Cantoni obedeció, pero Inzoli apeló a la CDF, que la rechazó. Después, Francisco fue elegido Papa. Con la ayuda de Cantoni, Inzoli consiguió llegar hasta él. Francisco, sin conocer el frenesí mediático en torno al engaño de los abusos, indultó a Inzoli y le invitó en junio de 2014 “a una vida de oración y de humilde reserva”.
No obstante ello, Francisco -un notorio mentiroso- dijo en 2017 a la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores que “cualquier persona condenada por abuso sexual de menores puede solicitar el perdón al Papa, pero yo nunca he firmado uno y nunca lo haré. Espero que esto quede claro”.
Después de que Francisco promoviera a Cantoni a la diócesis de Como, salió a la luz que Inzoli había cometido más abusos a pesar de la condena que se le impuso. Ahora Francisco se vio obligado a destituirlo. Inzoli fue posteriormente condenado a casi cinco años de prisión.
Francisco es conocido desde hace tiempo por mentir sobre los casos de abusos. Negó conocer al abusador Grassi en Buenos Aires. Nombró al obispo Barros de Osorno (Chile), a pesar de su estrecha relación con Fernando Karadima. Protegió a su amigo, el obispo Zanchetta, incluso después de que fuera declarado culpable, y creó cardenal a McElroy (San Diego), sabiendo que había encubierto a McCarrick.
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