Carmelo de Nogoyá: Habla el hermano de una ex carmelita - Entrevista
GloriaTVnews informó el 7 de julio sobre el caso de la Madre M. Isabel, ex priora del Carmelo en Nogoyá, Argentina, quien fue acusada por dos ex carmelitas y condenada por dos cargos de privación ilegítima de libertad, uso de castigo físico y amenazas, y sentenciada a tres años de prisión. El informe criticaba la condena y a los acusadores. Después de este informe, Francisco Albarenque, hermano de una de las hermanas, se puso en contacto con Gloria.tv. Esta es una entrevista que tuvo la amabilidad de darle al Padre Reto Nay.
Francisco, usted es hermano de una de las monjas carmelitas que acusó a la Madre María Isabel de la Santísima Trinidad, ex priora de las carmelitas descalzas de Nogoyá. En julio, un tribunal argentino declaró a la Madre M. Isabel culpable de dos casos de privación ilegítima de libertad, uso de castigo físico y amenazas.
Me llamo Francisco Albarenque, mi hermana fue una de las dos denunciantes (junto con Roxana Peña, o hermana Rosa). Silvia, mi hermana, fue parte del monasterio de Carmelitas de Nogoyá por 13 años. Yo siempre la acompañé en todo. Sería muy difícil resumir todo lo sucedido en un artículo pero haré el intento.
¿Cuál es la historia de su hermana como religiosa?
Silvia entró al monasterio el 22 de agosto de 1999. Tomó el hábito el 13 de mayo de 2000 (el mismo día en que los pastorcitos de Fátima eran beatificados) y comenzó a llamarse hermana María Teresa de la Eucaristía. El 1 de julio de 2001 hace su profesión simple y en 2004 la profesión solemne. Y estuvo voluntariamente hasta el año 2006 aproximadamente.
Entonces, ¿qué cambió?
En 2006 M. Isabel de la Santísima Trinidad asume como priora. Era una mujer muy dura y sobre todo de muy poca instrucción. Y allí comienzan los problemas y abusos.
¿Cómo reaccionó su hermana?
En varias ocasiones Silvia le pide poder salir del monasterio a partir de 2007. M. Isabel, probablemente preocupada por el número de monjas (era una comunidad numerosa pero hacía años no entraban nuevas postulantes) le dice que no puede. La salud de Silvia (María Teresa) empeoró y recién permite que abandone el monasterio en 2013. Estaba muy mal de salud física y psíquica.
¿Cuántos años tenía durante su estancia en el convento?
Ella entró a los 18 y se le permitió abandonar el monasterio a los 32 años. La otra denunciante, Roxana Peña, estuvo entre los 18 y los 48 años.
Según informes de prensa, los acusadores dijeron que su estancia en el monasterio fue un "infierno". ¿Por qué?
Quien usó la palabra “infierno” no fue Silvia sino la otra denunciante, Roxana. Ella sufrió mucho más que mi hermana. Largos encierros en la celda, el uso de mordazas, ayunos impuestos como castigos, y constantes humillaciones de todo tipo. Una vez se la castigó haciendo que corte el pasto con los dientes, por ejemplo.
¿Por qué Roxana simplemente no se fue?
Roxana pide irse del monasterio por primera vez en 2015, y ante la negativa de Isabel de dejarla irse, se escapa buscando llaves que no tenía permiso se tomar.
Entonces, ¿qué hizo luego?
Desobedeciendo se va al patio del monasterio, y por suerte estaba el jardinero (un hombre que ayuda en las labores del jardín, no es religioso) y la ayuda a abrir el portón que da a la calle pensando que Roxana iba a sacar la basura (ella llevaba una bolsa con su ropa). Así va hasta la parroquia de Nogoyá, y le pide al párroco que la ayude. Él sí la ayudó. Éla testiguó contra la priora en el juicio.
¿Por qué era imposible dejar el monasterio?
Nada es imposible para Dios, pero era muy arriesgado. Había cámaras de seguridad, muros de 2,5 metros con alambres electrificados, muchas puertas con llaves, alarmas, y si veían que alguien se escapaba esa hermana iba a sufrir más castigos.
Usted dice que había alarmas, cámaras, etc. ¿Esto era para prevenir que las hermanas se fueran o para que no entren extraños al monasterio?
Al principio eran para evitar que entren extraños, pero las cosas cambiaron cuando asumió M. Isabel. Por ejemplo, ella puso cámaras en el locutorio que eran para controlar qué hacía la hermana en el allí. Además M. Isabel grababa las conversaciones entre las hermanas y sus familiares sin que los familiares lo supieran.
Las hermanas tenían acceso regular a un confesor. ¿No podría haberlas ayudado?
Probablemente las confesiones también hayan sido controladas por la priora, con grabadoras por ejemplo. Cada hermana tenía escasos minutos para confesarse. Aparte que uno de los confesores era “aliado” de la priora. Es el padre Juan Escobar Gaviria, quien hoy cumple una condena de 25 años de cárcel por abuso de menores.
¿Pero había otros confesores? ¿Por qué no habló con ellos?
Porque no sabían que le diría el confesor a la priora. No sabían si la priora no estaba escuchando la confesión de alguna forma. No había confianza. Y en el caso de mi hermana, porque estando allí nunca hubiese cuestionado la autoridad de la priora como sí lo hace ahora. Se les enseñaba que “cuando habla la priora habla Dios” y que a Dios no se lo cuestiona.
¿Nunca fuiste a visitarla?
Yo iba cada mes o dos. La familia de Roxana iba menos, pues viven más lejos (350 kilometros de Nogoyá). Pero no había contacto directo con Silvia. Mi hermana siempre estaba acompañada por otras hermanas en el locutorio, no tenía libertad de decir lo que quisiera. Es más, lo usual era escucharlas a las hermanas que acompañaban y no a Silvia. Somos seis hermanos y tengo a mis dos padres vivos, pero de a poco la fueron aislando de toda la familia y solamente yo y mi mamá íbamos a verla. A mi papá se le prohibió ir por ser divorciado vuelto a casar.
¿Nunca hubo visitas de las autoridades eclesiásticas?
Las Constituciones de 1990 de las Carmelitas Descalzas disponen que el visitador sea el obispo. Pero él no cumplía con sus obligaciones y no se preocupaba mucho de que algo malo sucediera allí ya que las carmelitas gozan de gran estima por parte de toda la Iglesia. Cuando visitaba el monasterio era una reunión en donde todas las hermanas estaban juntas, con la priora allí. A Silvia y a Roxana muchas veces no se le permitió ir a estas reuniones con el obispo (ya que estaban castigadas) y él nunca se percató de que algo extraño pasara. Él nunca tuvo reuniones privadas con cada una, tal como lo piden las Constituciones. Cuando se allanó el monasterio en 2016, él dijo que las monjas no dependen de él sino del Papa. Y el Papa… vive muy lejos de Nogoyá, y con preocupaciones mayores. En resumen, la priora tenía poder absoluto.
Las acusadoras hablaron con el periódico argentino AnalisisDigital.com.ar que produjo el escándalo bajo el título "El convento del sufrimiento" que parece no corresponderse con la verdad, ya que la mayoría de las hermanas no se quejaron y siguen en el monasterio. ¿Representa la realidad del monasterio? ¿Existen abusos no mencionados en el artículo?
Yo estuve constantemente en contacto con el periodista que hizo ese artículo y doy fe que dice la verdad. No es un hombre creyente pero recordemos la frase de San Justino: “La verdad siempre viene del Espíritu Santo, no importa quién la diga”. Y en la Biblia Dios habló por una burra… Hay abusos que el artículo no menciona, por ejemplo, leer los cuadernos espirituales de las hermanas frente a toda la comunidad para humillarlas.
¿No podrían estos "abusos" ser entendidos como "ejercicios de humildad" que forman parte de la vida religiosa que alguien puede o no elegir?
La humildad que practicó Cristo y que pide que vivamos los cristianos es asumida libremente, no es impuesta. No es lo mismo practicar la humildad que ser humillado. Incluso si elegimos someternos a una autoridad, como en el caso de Silvia o Roxana cuando entraron al Carmelo, uno es libre para irse cuando quiere. Y ahí es cuando se cometieron abusos, pues no se les permitió irse del monasterio hasta que estuvo enferma en el caso de Silvia, o hasta que logró escaparse en el caso de Roxana. Y uso la palabra “escapar” que es la misma que usó Isabel en el juicio (dijo: “la hermana Rosa logró escapar”).
Si usted dice "no era libre de irse", entonces me pregunto qué medios efectivos de coerción tenía la priora para hacer hacer esto. He visto a su hermana en un video. Es muy elocuente y de ninguna manera da la impresión de ser una personalidad débil y manipulable. Podría haber dicho: "Te guste o no, me iré". ¿Qué podría haber hecho la priora contra esto? Es difícil creer que alguien no pueda escapar. ¿No podría ser esto entendido como “mobbing” de un superior religioso?
Silvia en estos años ha sanado muchísimo, y ahora es una persona elocuente. Pero cuando recién salió en 2013 tenía el aspecto de una persona anciana, raquítica, pedía perdón por todo continuamente, lloraba… Ahora es elocuente, pero por 13 años y más no lo fue. En el juicio habló de ese tema el psicólogo de Silvia. Usted puede llamarlo “mobbing”, la justicia Argentina, basado en los testimonios brindados lo llama “privación ilegítima de la libertad agravada en dos casos”. Esto es razón suficiente para enviar a alguien a la cárcel.
Si se trataba de "abusos", entonces toda la comunidad participaba en ellos, ya que es imposible que lo que sucedía quedara oculto para ellos?
Hay mucho más por decir. La sentencia judicial tiene 400 páginas y está plagada de detalles. Por ejemplo que para la hermana Roxana (y también para Silvia, mi hermana) el Carmelo era el Cielo, donde todas las hermanas vivían unidas. Donde la priora era una madre. Las cosas cambiaron con M. Isabel. Y no sólo para mi hermana y la otra denunciante. M. Isabel trataba mal a varias y a otras las tenía entre sus favoritas, para mantener el poder. Lo curioso es que después que el Vaticano aparta a Isabel, en 2016, una de estas “favoritas” (hermana Inés) se arrepiente de lo que hizo sufrir a Silvia. Y le pidió perdón. Y en el juicio, aún siendo carmelita, atestiguó contra la priora Isabel. Otra que atestiguó contra M. Isabel es la mamá de la actual priora. Para ella (eso lo dijo en el juicio), El obispo era Poncio Pilatos, y M. Isabel, el mismo diablo.
El obispo local dijo frente a la prensa: "Son todos mayores de edad". ¿Discutiría este argumento?
Que sean mayores de edad no es relevante en absoluto, ya que la “privación de la libertad” no tiene nada que ver con la edad.
Hay una última cosa que me gustaría mencionar. Gracias por entrevistarme y aprecio el trabajo realizado por Gloria TV. Sin embargo, vale la pena mencionar que el reporte de GloriaTV sobre el juicio contenía cosas que no eran ciertas. Por ejemplo, las carmelitas nunca fueron expulsadas del monasterio. Cuando la policía allanó el lugar, 18 monjas vivían allí. La Madre Priora M. Isabel fue separada de la comunidad primero por la Justicia Argentina y luego por el Vaticano. Dos monjas se cambiaron a otros Carmelos (Concordia y Santa Fe) porque no aceptaron la decisión del Vaticano y querían a Isabel de vuelta en el monasterio. Otra monja (Sor Inés) fue a otro Carmelo porque el ambiente en Nogoyá era insoportable para ella. Otra hermana regresó a casa, pero sólo era una postulante. El resto, 13 monjas, nunca se fueron del Carmelo de Nogoyá.
