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Jesús de Nazaret « elevado » por el Espíritu Santo: A. Aunque Jesús no fue aceptado como el Mesías en su ciudad natal, Nazaret, al inicio de su ministerio público, su misión mesiánica fue revelada …Más
Jesús de Nazaret « elevado » por el Espíritu Santo:

A. Aunque Jesús no fue aceptado como el Mesías en su ciudad natal, Nazaret, al inicio de su ministerio público, su misión mesiánica fue revelada por Juan el Bautista. Juan, el hijo de Zacarías e Isabel, anunció la llegada del Mesías en el río Jordán y administró un bautismo de arrepentimiento, declarando que Jesús bautizaría con el Espíritu Santo y fuego.

B. Juan Bautista presentó al Mesías no solo como el que viene a través del Espíritu Santo, sino también como el portador del Espíritu Santo, un hecho que Jesús confirmará en la Última Cena. Juan se convierte en un eco de las palabras de Isaías, que se referían al futuro en las profecías del Antiguo Testamento, pero que en la enseñanza de Juan junto al río Jordán se convierten en la introducción directa a la nueva realidad mesiánica.

C. Juan no es solo un profeta, sino también un mensajero, el precursor de Cristo. Lo que Juan anuncia se cumple a la vista de todos. Jesús de Nazaret acude al Jordán para recibir el bautismo de arrepentimiento y al verlo llegar, Juan proclama: "He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo", inspirado por el Espíritu Santo.

D. A través del testimonio de Juan en el Jordán, Jesús de Nazaret, rechazado por sus conciudadanos, es presentado ante Israel como el Mesías, es decir, el "Ungido" con el Espíritu Santo. Este testimonio es corroborado por otro testimonio superior citado por los evangelios sinópticos.

E. Cuando todo el pueblo fue bautizado, y mientras Jesús, después de ser bautizado, estaba en oración, "se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal como una paloma", y una voz del cielo dijo: "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco".

F. Esta es una teofanía trinitaria que atestigua la exaltación de Cristo durante su bautismo en el Jordán, que no solo confirma el testimonio de Juan Bautista, sino que también revela una dimensión aún más profunda de la verdad sobre Jesús de Nazaret como Mesías.

G. Todo el misterio de Jesús de Nazaret, cuya actividad entera se desarrollará bajo la presencia viva del Espíritu Santo, sería manifestado por Jesús mismo y confirmado gradualmente a través de todo lo que "hizo y enseñó". Jesús "lleno del Espíritu Santo" y "conducido por el Espíritu en el desierto", después de la misión confiada por el Maestro a los setenta y dos discípulos, se llenó de gozo en el Espíritu Santo, y dijo: "Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra..."

H. Este "gozo", en cierto modo, impulsa a Jesús a decir: "Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien se lo quiera revelar".

I. Lo que se reveló "desde fuera" durante la teofanía del Jordán, en este caso proviene "desde dentro", es decir, desde la profundidad de lo que es Jesús. Es otra revelación del Padre y del Hijo, unidos en el Espíritu Santo. En la magnífica confesión de la paternidad de Dios, Jesús de Nazaret también revela su "yo" divino; él es el Hijo "de la misma naturaleza", y por tanto "nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo", aquel Hijo que "por nosotros los hombres y por nuestra salvación" se hizo hombre por obra del Espíritu Santo y nació de una virgen, cuyo nombre era María.

SUSTENTACIÓN BIBLICA:

A. La revelación de la misión mesiánica de Jesús por Juan el Bautista: Mateo 3:11 "Yo a la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, él os bautizará en Espíritu Santo y fuego."

B. Juan como eco de las palabras de Isaías: Isaías 40:3 "Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios."

C. Juan, el precursor de Cristo: Juan 1:29 "El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo."

D. El testimonio superior citado por los evangelios sinópticos: Marcos 1:10-11 "Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia."

E. La descendencia del Espíritu Santo en forma de paloma: Lucas 3:22 "Y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia."

F. La revelación de una dimensión más profunda de la verdad sobre Jesús como Mesías: Mateo 16:16 "Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente."

G. La presencia viva del Espíritu Santo en la vida de Jesús: Lucas 4:1 "Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto."

H. El gozo de Jesús en el Espíritu Santo: Lucas 10:21 "En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó."

I. La revelación de Jesús como el Hijo de Dios y su nacimiento por obra del Espíritu Santo: Lucas 1:35 "Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo, y será llamado Hijo de Dios."

Resumen:

El resumen de los puntos expuestos revela la importancia del testimonio de Juan el Bautista en la revelación de la misión mesiánica de Jesús. Juan proclama que Jesús es el que viene por el Espíritu Santo y que lo bautizará en Espíritu Santo y fuego. Este testimonio de Juan es respaldado por la teofanía del Jordán, donde el Espíritu Santo desciende sobre Jesús en forma de una paloma y se oye la voz del Padre declarando que Jesús es su Hijo amado. A través de estos eventos, se revela la plenitud del Espíritu Santo en Jesús y su unión con el Padre.

Jesús mismo se regocija en el Espíritu Santo, expresando su gozo en la paternidad divina y en la revelación de la misma a los pequeños. Él afirma que todo le ha sido entregado por el Padre y que solo el Padre conoce plenamente al Hijo. Esta revelación de la paternidad de Dios y la filiación divina de Jesús surge de la plenitud del Espíritu Santo que habita en Él.

En resumen, se destaca la importancia del testimonio de Juan el Bautista, la teofanía del Jordán y la manifestación del gozo de Jesús en el Espíritu Santo. Se revela la unión íntima entre Jesús, el Espíritu Santo y el Padre, así como la plenitud del Espíritu Santo en Jesús como Mesías y Hijo de Dios. Estos eventos y enseñanzas son parte de la progresiva revelación del misterio de la Persona de Jesús y su obra redentora.