La Iglesia del futuro es una "Iglesia global y sinodal" que ya está "en ciernes", escribe el cardenal Reinhard Marx, de Munich, en el número de mayo de la revista alemana 'Herder-Korrespondenz'.
Un obstáculo en este camino sería "una sacralización mal entendida de las estructuras e instituciones [= tal como se expresan en la revelación divina], que se declaran inmutables y se refieren de forma casi indisimulada y directa a la voluntad de Dios mismo", advierte Marx.
Con tales afirmaciones, el funcionario eclesiástico reinventa el protestantismo, que se derrumba en Europa occidental ante los ojos de todos, y lo presenta como ejemplo.
Traducción IA