Cardenal ofrece su sombrero rojo a las mujeres
Las declaraciones más locas provinieron de López. Dijo que la Pascua no les dice mucho a los musulmanes, pero hay otras formas para expresar “esa misma Pascua”, tales como “pasar de la esclavitud a la libertad” o “del amor al odio”.
También anunció que está naciendo “un nuevo mundo” y explicó que se lo puede lograr a través de la conversión que, según él, tiene “tres grandes ejes”: personal, ecológico (sic) y social.
López elogió en forma exuberante un simple banco de comida que se instaló en su catedral como “avalancha de solidaridad”, “revolución de la ternura” y “globalización de la solidaridad”.
Durante el tiempo de preguntas, agregó que “pongo mi sotana roja, mi solideo y anillo a disposición de una mujer”. Porque “ser cardenal no me hace ni más ni menos que una mujer”. Uno se pregunta entonces por qué aceptó el nombramiento.
Para López, “somos pueblo de Dios, todos bautizados con la misma divinidad (sic)”.
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