Viganò sabe por qué DEBE desaparecer el Summorum Pontificum
En su texto, no quiere responder a la pregunta de por qué ante la multiplicación de vocaciones y fieles Francisco tiene el deseo de hacer miserable la vida de los católicos de Rito Romano.
Viganò observa que los herejes y fornicarios -que actualmente tienen el poder en la Iglesia- no tolerarán que sus errores y su deplorable modo de vida sean cuestionados por una minoría de fieles piadosos y de clérigos que no tienen protectores.
Tolerar a los católicos sería para ellos “como una derrota” que sólo es soportable si se limita a pequeños grupos de “ancianos nostálgicos” o “estetas excéntricos”, explica Viganò.
Sabe que “los que no vienen de Dios” odian todo lo que recuerde una época en la que la Iglesia estaba gobernada por pastores católicos. Para él, es por tanto imposible mantener juntas dos formas de culto opuestas -el Rito Romano y el Novus Ordo- en nombre de una “pluralidad de expresión litúrgica”.
Este intento ya se hizo en la pseudo-Reforma, recuerda Viganò, cuando los protestantes toleraron ciertas costumbres litúrgicas que estaban arraigadas en el pueblo, pero sólo por poco tiempo, porque esas devociones a la Virgen María, esos himnos en latín, esas campanas que se tocaban después de la Consagración tenían que desaparecer, ya que expresaban una Fe contra la que protestaban (“protestantes”) los seguidores de Lutero.
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