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Mons. Víctor Fernández, Arzobispo de La Plata, Argentina, en su homilía del 5 de marzo, nos explica que durante siglos la Iglesia "se ha equivocado" pero que ahora, gracias al "Papa Francisco", se …Más
Mons. Víctor Fernández, Arzobispo de La Plata, Argentina, en su homilía del 5 de marzo, nos explica que durante siglos la Iglesia "se ha equivocado" pero que ahora, gracias al "Papa Francisco", se está "liberando de esos esquemas". Ver para creer...

Fuente: Mons Tucho Fernández y las maldades de la iglesia

A "Tucho" Fernández lo llaman el "besuqueiro": caminante-wanderer.blogspot.com/2014/12/tucho-el-osculario.html

"Te aclaro que este libro no está escrito tanto desde mi propia experiencia, sino desde la vida de la gente que besa. Y en estas páginas quiero sintetizar el sentimiento popular, lo que siente la gente cuando piensa en un beso, lo que experimentan los mortales cuando besan. Para eso charlé largamente con muchas personas que tienen abundante experiencia en el tema, y también con muchos jóvenes que aprenden a besar a su manera. Además consulté muchos libros, y quise mostrar cómo hablan los poetas sobre el beso. Así, tratando de sintetizar la inmensa riqueza de la vida, salieron estas páginas a favor del beso. Espero que te ayuden a besar mejor, que te motiven a liberar lo mejor de tu ser en un beso." Palabras del autor del libro. Fuente: Sáname con tu boca -

¡Qué asco que me das, "Tucho", eres repugnante!

¿Cómo es posible que no sientas vergüenza por atreverte a escribir -y a publicar, ¡por Dios!- semejantes inmundicias, indignas, no ya de un eclesiástico, ni siquiera de un cristiano, sino de cualquier ser humano dotado de un mínimo de decencia natural? Es algo realmente inconcebible...

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Addendum del 30/03/2023:

“Esta parroquia desde hoy tiene un nuevo párroco, que es la única autoridad, pero él está llamado a evangelizar a todo este barrio en Villa Elisa. Acercar a todos los que puedan estar alejados para que en la parroquia se exprese la misma diversidad que hay en la Iglesia universal, con todo tipo de carismas y ministerios diversos. Y entre las orientaciones que da el actual Papa a toda la Iglesia, cada comunidad debe tener las puertas bien abiertas para que entren todos. Y todos significa todos: gays, transexuales, personas llenas de dudas de fe, parejas en segunda unión, personas que no están convencidas de todo lo que la Iglesia dice, incluso ex presidiarios que quizás hayan matado a alguien, adictos. La Iglesia no quiere ser una secta y por lo tanto tiene que tener un lugar para todos.” - Homilía de Monseñor "Tucho el Besuqueiro" Fernández en la toma de posesión del Padre Marcelo Cerniato como nuevo párroco de San Luis Gonzaga, Villa Elisa, 4 de marzo de 2023. Sin comentarios...

Fuentes: Nueva etapa en la parroquia San Luis Gonzaga de Villa Elisa - AICA.org - aica.org/documento.php?id=1129

Cito un acertado análisis de las palabras del video:

A veces, cuando escucho algunas homilías y declaraciones de clérigos, me veo obligado a preguntarme si tenemos la misma religión. No es algo agradable, pero la pregunta surge sola. Así me ha sucedido al escuchar una homilía de Mons. Víctor Manuel Fernández, arzobispo de La Plata, pronunciada el cinco de marzo en su catedral.

No me refiero al envoltorio, sino a lo esencial. Dejemos aparte la cansina afectación, las vaguedades y más vaguedades, el sentimentalismo exacerbado, la horizontalidad radical apenas camuflada con menciones a Dios y la adulación al Papa constante y lastimosa (y, con franqueza, risible, porque el Papa Francisco tendrá muchas virtudes, pero la misericordia con los que piensan distinto claramente no es una de ellas). Todas estas cosas son lamentables en una homilía y muy poco ejemplares, pero los seglares estamos acostumbrados a sufrirlas con paciencia e, incluso, si Dios nos lo concede, con amor a nuestros pastores.

Lo que no podemos (ni debemos) soportar es que un clérigo nos dé gato por liebre. O piedras en vez de pan, como dice el Evangelio. Si en vez de darnos la fe de la Iglesia, pretende sustituirla por sus ocurrencias disparatadas, la paciencia se acaba. Entre otras cosas, porque así nos lo manda el propio Dios por boca del Apóstol San Pablo: si nosotros, o un ángel del cielo, os anunciáramos otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.

Veamos lo que dice Mons. Fernández:

“Ustedes saben que, durante muchos siglos, la Iglesia fue en otra dirección. Sin darse cuenta fue desarrollando toda una filosofía y una moral llena de clasificaciones, para clasificar a la gente, para ponerle rótulos. Esto es… Este es así, este es asá. Este puede comulgar, este no puede comulgar. A este se lo puede perdonar, a este no. Terrible que nos haya pasado eso en la Iglesia. Gracias a Dios, el Papa Francisco nos ayuda a liberarnos de esos esquemas”.

¿Qué clérigo en su sano juicio basa su argumentación en lo mala e ignorante que es la Iglesia y lo bueno y sabio que, en cambio, es él? Sea lo que sea esto que dice Mons. Fernández, me parece evidente que no tiene nada que ver con la fe católica, ni con el catecismo, ni con lo que han enseñado los santos, ni con la Palabra de Dios. Es más, se trata de lo contrario. Y no hace falta ser teólogo para darse cuenta de ello.

Si Dios perdona a todos, incluidos los que no se arrepienten, ¿para qué vamos a arrepentirnos? ¿Y qué sentido tiene que exista el infierno, según el propio Cristo? ¿O será que según Mons. Fernández no existe el infierno?, porque su existencia implica necesariamente que hay algunos a los que no se puede perdonar. Y si hay que perdonar a todos, ¿por qué el Señor les dijo a los apóstoles a quienes perdonareis los pecados, les serán perdonados, y a quienes se los retengáis, les quedarán retenidos? ¿Es que no pensó lo que estaba diciendo? ¿O es que eso “terrible” que le pasó a la Iglesia le pasó antes al mismo Jesucristo? ¿Se han equivocado siempre la Iglesia y todos los Papas, al enseñar que una confesión sin propósito de la enmienda es inválida y sacrílega?

¿Será que San Pablo no sabía que todos podían comulgar cuando dijo que el que come y bebe indignamente, sin discernir el Cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación? ¿O no se había enterado de que no hay que “clasificar” cuando afirmó que los impuros, los idólatras, los adúlteros, los borrachos, etc. no heredarían el Reino de Dios? ¿Cómo se atrevía a “ponerles rótulos”? ¿Cómo se han atrevido a hacer lo mismo los santos, profetas, obispos y Papas de todas las épocas? ¿Será que Dios ocultó esta nueva revelación a sus apóstoles y profetas e incluso a su propio Hijo hasta que Mons. Fernández, cual propheta prophetarum, la recibió del cielo?

Si un arzobispo rechaza la moral de la Iglesia y de la Palabra de Dios, ¿para qué queremos al arzobispo? Está serrando la misma rama en la que se ha sentado. Si el arzobispo nos dice que la Iglesia siempre ha estado equivocada hasta que ha llegado él, ¿por qué vamos a fiarnos de él y no de un pastor protestante o un lama budista? Si el prelado tira por la borda la moral católica y la sustituye por un buenismo a la moda, ¿por qué no tirar también por la borda el respeto a los obispos y la colaboración con las necesidades de la Iglesia? Si este obispo no obedece a la Iglesia, ¿por qué van a obedecerle a él sus sacerdotes o escucharle los fieles?

Más aún, ¿por qué se nombra arzobispo a alguien que afirma públicamente que no cree en la moral católica? O como mínimo, ¿por qué se le mantiene en el cargo para que siga negando esa moral con el dinero que recibe de los fieles, en templos construidos por los fieles y con grandísimo escándalo de esos mismos fieles, a los que enseña a odiar a la Iglesia? ¿Y es verdad que, como dice Mons. Fernández, “el Papa Francisco nos ayuda a liberarnos de esos esquemas”, que no son otra cosa que la fe y la moral de la Iglesia? En ese caso, tendríamos que preguntarnos lo mismo sobre él.

Lo siento, pero no puedo decir otra cosa. Yo no reconozco lo que creo en lo que sea que cree este arzobispo, que, ¡desde el púlpito!, se burla de mi fe y dice que es algo “terrible” y que hay que liberarse de ella. A confesión de parte, no hacen falta pruebas. Él mismo lo afirma y me veo obligado a reconocer que tiene razón: lo suyo es otra religión.

Quizá lo verdaderamente terrible sea que un fiel tenga que decir esto de un arzobispo. Recemos por nuestros pastores.

Fuente: ¿Tenemos la misma religión?

Y otro más:

Ayer publiqué un breve fragmento de la homilía pronunciada el domingo 5 de marzo por el arzobispo de La Plata, Mons. Víctor “Tucho” Fernández, en su catedral. Pueden ver la ceremonia completa en este enlace.
Creo que no es necesario abundar no sólo en este blog sino en cualquier ámbito católico, sobre la gravedad de las palabras pronunciadas por quien es uno de los asesores teológicos más importantes del papa Francisco.
“Sin darse cuenta” —dice textualmente Mons. Fernández— la iglesia desarrolló durante siglos una doctrina llena de clasificaciones que establecían que:
a) Sólo pueden comulgar aquellos bautizados que están en gracias de Dios y no pueden hacerlo quienes están en pecado mortal
b) Sólo pueden recibir la absolución sacramental quienes están arrepentidos de sus pecados y muestran propósito de enmienda.
Esto —dice el prelado—, fue algo “terrible”. Felizmente, ocurrió en tiempos que ya pasaron pues el papa Francisco ha cambiado todas esas barbaridades.
Más allá de los pintoresco y de lo patético del personaje, lo que ha dicho de un modo público y magisterial —pues habló desde su cátedra de obispo— es gravísimo y no puede dejarse pasar.
En primer lugar, lo dicho constituye una herejía clara y distinta, pues "niega, después de recibido el bautismo, una verdad que ha de creerse con fe divina y católica" (canon 751). Las verdades que denuesta y considera malas y perimidas fueron establecidas por San Pablo (I Cor. 11,29), desarrolladas en toda la Tradición y enseñadas por los Padres y Doctores de la Iglesia. No es necesario un teólogo para que discierna si hay o no hay negación o atentado a las verdades de la fe: lo dice el arzobispo explícitamente: “la Iglesia se equivocó terriblemente” al establecer esas leyes.
El Código de Derecho Canónico dice en su canon 1364 § 1: “El apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiae, quedando firme lo prescrito en el c. 194 § 1, 2; el clérigo puede ser castigado además con las penas enumeradas en el c. 1336 § 1, 1, 2 y 3”. Se trata de la pena en la que ha incurrido el arzobispo de La Plata y, por ser latae sententiae, no es necesario que sea promulgada por la Sede Apostólica. Mons. Víctor Manuel Fernández está excomulgado. Y por estarlo, “queda removido del oficio eclesiástico”, como lo establece el canon 194, 2, en tanto “se ha apartado públicamente de la fe católica”. Esto implica que, de hecho, Mons. Víctor Fernández no tiene jurisdicción en su diócesis y que sus sacerdotes y fieles no están ya sujetos a su autoridad, aunque la aplicación del canon 194 seguramente debe ser ejercida por la autoridad competente y no es automática. Si algún canonista puede aportar al respecto, le estaremos muy agradecido.
Algo similar ocurrió hace pocas semanas en Estados Unidos. Allí, el neo cardenal Robert McElroy, de San Diego, afirmó que los actos homosexuales no serían pecado mortal y que, por tanto, quienes lo comenten podrían comulgar. Pocos días después, el Obispo de Springfield y experto en derecho canónico, Mons. Thomas Paprocki publicó un artículo en el que, sin nombrar al purpurado, se pregunta: “¿No es acaso contrario a la fe católica y, por lo tanto, herejía decir que los pecados sexuales no son materia grave? ¿No es contrario a la fe católica y, por lo tanto, herejía decir que uno puede recibir la santa Eucaristía a pesar de haber cometido un pecado grave sin arrepentirse? ¿Si esto es así, cuáles son las implicancias canónicas de tales herejías?”. Y recuerda que el canon 750 establece que debemos creer “todo aquello que se contiene en la Palabra de Dios escrita o transmitida por tradición” y “todos están obligados a evitar cualquier doctrina contraria”. Y entonces, “Los herejes, apóstatas y cismáticos incurren en la penalidad de la excomunión sobre sí mismos”.
En Estados Unidos, en el por algunos odiado país protestante del norte, un obispo se le animó a un cardenal y le dijo públicamente que es un hereje y que está excomulgado. Me pregunto si pasará algo parecido en nuestro católico país. Aquí tenemos obispos que saben teología, que dan cursos sobre Santo Tomás de Aquino y que se proclaman fieles a la doctrina católica de siempre. Más aún, algunos de ellos fueron despojados brutalmente de sus diócesis debido a la conocida misericordia del papa Francisco. Es decir, no tienen nada que perder porque ya lo perdieron todo. ¿Hablarán? ¿Se animarán a decir algo? O bien, seguirán enseñando que “la unidad de la Iglesia” está por encima de todo eso, aún de la herejía. Mons. Pedro Martínez, obispo emérito de San Luis, doctor en teología y doctor en derecho canónico, ¿tendrá algo para decir? Mons. Samuel Jofré, obispo de Villa María, doctor en derecho canónico, miembro del Consejo de Asuntos Jurídicos de la Conferencia Episcopal y muy cercano al Opus Dei, ¿se animará, como Mons. Paprocki, a decir lo evidente? Y más aún, así como aconsejan a sus fieles no asistir a las misas celebradas por los "cismáticos" lefebvristas, ¿les aconsejarán también no asistir a las que celebra el herético Tucho? El clamoroso silencio ante la herejía de Mons. Fernández es tan escandaloso como la misma herejía declarada desde la cátedra platense. Guardo la esperanza de que, al menos, Mons. Héctor Aguer diga algo.
Tucho no es tonto. Sabe que lo que dice es herejía y sabe que no recibirá ninguna reprimenda. Según dicen algunos que lo conocen, quiere recibir otra cosa y por eso se desvela buscando agradar al soberano. Quiere recibir la sede de Buenos Aires, convertirse en primado de la Argentina y tener más o menos asegurado el capelo cardenalicio. La sede porteña quedará vacante en cualquier momento pues su titular hace ya bastante que presentó la renuncia, y los candidatos a ocuparla son mucho. Además de Tucho, están Mons. Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza; Mons. Jorge Lozano, arzobispo de San Juan, y Mons. Vicente Ojea Quintana, obispo de San Isidro entre otros. Y todos ellos saben que para encararmarse a tan preciada sede no es necesario mostrar valentía e intrepidez en la defensa de la fe católica, sino sometimiento y pleitesía al tirano. Pero conociendo al personaje tal como los últimos diez años nos permiten conocerlo, yo auguro que ninguno de ellos conseguirá su deseo y que el papa Francisco nombrará a un desconocido, a un inesperado, posiblemente a un cura de misa y olla, con mucho tufo a oveja, que le deba todo y le asegure obediencia ciega. Y si es hereje y tiene un par de cadáveres en el placard, mucho mejor.

Fuente: El silencio ante la herejía de Mons. Víctor Fernández
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Nour N
La Fe está en buenas manos.
luisa maria balboa garcia
anatema
perceo3 compartió esto
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Mons. Víctor Fernández, Arzobispo de La Plata, Argentina, en su homilía del 5 de marzo, nos explica que durante siglos la Iglesia "se ha equivocado" pero que ahora, gracias al "Papa Francisco", se está "liberando de esos esquemas".
Miles - Christi - English compartió esto
2570
Mons. Fernández, Arzobispo de La Plata: "durante siglos la Iglesia se ha equivocado".
SIGNOS DE LOS TIEMPOS
se dice que pronto suplantará al cardenal POLI ...espero no sea así
Miles - Christi
Lo mismo digo, pero me parece que no escaparemos de ello, es el ghost writter de Pancho, un querido suyo de mucho peso...
DEFENSA DE LA FE
pobre obispo besucon que mal le va a ir en su juicio al final de su vida y querer promover la secta bergogliana para dañar a Nuestra Santa madre Iglesia. el fue el promotor de amoris laetitia para promover la comunion a los adulteros en pecado mortal. Dios tenga compasion de el.
kaoshispano1
PERROS demonii Apoc romae que NO SON CATOLICOS.