La oración de brigida la de 1 año y la de 12 años

la oración de brigada rezar por 1 año

Primera Oración

Padre Nuestro – Ave María

Oh Jesucristo! Sois la Eterna Dulzura de todos los que Os aman: la Alegría que sobrepasa todo Gozo y deseo; La Salvación, y Esperanza de todos los pecadores. Habéis manifestado no tener mayor deseo que el de permanecer en medio de los hombres, en la tierra. Los amáis hasta el punto de asumir la naturaleza humana, en la plenitud de los tiempos, por amor a ellos. Acordaos de todos los sufrimientos que habéis soportado desde el instante de Vuestra Concepción; y especialmente durante Vuestra Sagrada Pasión; así como fue decretado y ordenado desde toda la eternidad; según el Plan Divino.
Acordaos, Oh Señor, que durante la Última Cena con Vuestros Discípulos les habéis lavado los pies; y después, les disteis Vuestro Sacratísimo Cuerpo y Vuestra Sangre Preciosísima. Luego, confortándolos con dulzura, les anunciasteis Vuestra próxima Pasión.
Acordaos de la tristeza y amargura que habéis experimentado en Vuestra Alma, como Vos mismo lo afirmasteis, diciendo: “Mi alma está triste hasta la muerte.”
Acordaos de todos los temores, las angustias y los dolores que habéis soportado, en Vuestro Sagrado Cuerpo, antes del suplicio de la Crucifixión. Después de haber orado tres veces, todo bañado de sudor sangriento, fuisteis traicionado por Vuestro discípulo, Judas; apresado por los habitantes de una nación que habíais escogido y enaltecido. Fuisteis acusado por falsos testigos, e injustamente juzgado por tres jueces; todo lo cual sucedió en la flor de Vuestra Madurez; y en la Solemne Estación Pascual.
Acordaos que fuisteis despojado de Vuestra propia vestidura, y revestido con manto de irrisión. Os cubrieron los Ojos y la Cara inflingiendo bofetadas. Después, coronándoos de espinas, pusieron en Vuestras manos una caña. Finalmente, fuisteis atado a la columna; desgarrado con azotes; y agobiado de oprobios y ultrajes.
En memoria de todas estas penas y dolores que habéis soportado antes de Vuestra Pasión en la Cruz, concededme antes de morir, una contrición verdadera, una confesión sincera y completa; adecuada satisfacción; y la remisión de todos mis pecados. Amén.

Segunda Oración

Padre Nuestro – Ave María

¡Oh Jesús, la Verdadera Libertad de los Ángeles y Paraíso de Delicias! Acordaos del horror y la tristeza con que fuisteis oprimido cuando Vuestros enemigos, como leones furiosos, Os rodearon con miles de injurias, salivazos, bofetadas, laceraciones, arañazos y otros suplicios inauditos. Os atormentaron a su antojo. En consideración a estos tormentos, y a las palabras injuriosas, Os suplico, ¡Oh mi Salvador y Redentor! que me libréis de todos mis enemigos visibles e invisibles y que, bajo Vuestra protección, hagáis que yo alcance la perfección de la Salvación Eterna. Amén.

Tercera Oración

Padre Nuestro – Ave María

¡Oh Jesús, Creador del Cielo y de la Tierra, al que nada puede contener ni limitar! Vos abarcáis todo y todo es sostenido bajo Vuestra Amorosa Potestad. Acordaos del dolor muy amargo que sufristeis cuando los judíos, con gruesos clavos cuadrados, golpe a golpe, clavaron Vuestras Sagradas Manos y Pies a la Cruz. Y no viéndoos en un estado suficientemente lamentable para satisfacer su furor, agrandaron Vuestras Llagas, agregando dolor sobre dolor. Con indescriptible crueldad, extendieron Vuestro Cuerpo en la Cruz. Y con (jalones) y estirones violentos, en toda dirección, dislocaron Vuestros Huesos. amen

Cuarta Oración

Padre Nuestro – Ave María

¡Oh Jesús, Médico Celestial, elevado en la Cruz para curar nuestras llagas con las Vuestras! Acordaos de las contusiones y desfallecimientos que habéis sufrido en todo Vuestros Miembros; y que fueron distendidos a tal grado, que no ha habido dolor semejante al Vuestro. Desde la cima de la cabeza hasta la planta de los pies. Ninguna parte de Vuestro Cuerpo estaba exenta de tormentos. Sin embargo, olvidando todos Vuestros Sufrimientos, no dejasteis de pedir por Vuestros enemigos, a Vuestro Padre Celestial, diciéndole: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.”
Por esta inmensa Misericordia, y en memoria de estos sufrimientos, Os hago esta súplica: Conceded que el recuerdo de Vuestra muy amarga Pasión nos alcance una perfecta contrición, y la remisión de todos nuestros pecados, Amén.

Quinta Oración

Padre Nuestro – Ave María

¡Oh Jesús, Espejo de Resplendor Eterno! Acordaos de la tristeza aguda que habéis sentido al contemplar con anticipación, las almas que habían de condenarse. A la luz de Vuestra Divinidad, habéis vislumbrado la predest
inación de aquellos que se salvarían, mediante los méritos de Vuestra Sagrada Pasión. Simultáneamente, habéis contemplado tristemente la inmensa multitud de réprobos que serían condenados por sus pecados; y Os habéis quejado amargamente de esos desesperados, perdidos y desgraciados pecadores.
Por ese abismo de compasión y piedad; y principalmente por la bondad que demostrasteis hacia el buen ladrón, diciéndole: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso.”, hago esta súplica, Dulce Jesús. Os pido que a la hora de mi muerte tengáis misericordia de mí. Amén

Sexta Oración

Padre Nuestro – Ave María

¡Oh Jesús, Rey infinitamente amado y deseado! Acordaos del dolor que habéis sufrido cuando, desnudo y como un criminal común y corriente, fuisteis clavado y elevado en la Cruz. También fuisteis abandonado de todos Vuestros parientes y amigos, con la excepción de Vuestra muy amada Madre. En Vuestra Agonía, Ella permaneció fiel junto a Vos; luego, la encomendasteis a Vuestro fiel discípulo, Juan, diciendo a María: “¡Mujer, he aquí a tu hijo!” Y a Juan: “¡He aquí a tu Madre!”
Os suplico, Oh mi Salvador, por la espada de dolor que entonces traspasó el alma de Vuestra Santísima Madre, que tengáis compasión de mí. Y en todas mis aflicciones y tribulaciones, tanto corporal como espirituales, ten piedad de mí. Asistidme en todas mis pruebas, y especialmente en la hora de mi muerte, Amén.

Séptima Oración

Padre Nuestro – Ave María

¡Oh Jesús, Inagotable Fuente de Compasión, ten compasión de mí! En un profundo gesto de amor, habéis exclamado en la Cruz: “¡Tengo sed!” Era sed por la salvación del género humano. ¡Oh mi Salvador! Os ruego que inflaméis nuestros corazones con el deseo de dirigirnos hacia la perfección, en todas nuestras obras. Extinguid en nosotros la (concupiscencia) carnal, y el ardor de los apetitos mundanos. Amén.

Octava Oración

Padre Nuestro – Ave María

¡Oh Jesús, Dulzura de los corazones y Deleite del espíritu! Por el vinagre y la hiel amarga que habéis probado en la Cruz, por amor a nosotros, oíd nuestros ruegos. Concedednos la gracia de recibir dignamente Vuestro Sacratísimo Cuerpo y Sangre Preciosísima, durante nuestra vida; y también a la hora de la muerte; para servir de remedio y consuelo a nuestras almas. Amén.

Novena Oración

Padre Nuestro – Ave María

¡Oh Jesús, Virtud Real y Gozo del alma! Acordaos del dolor que habéis sentido, sumergido en un océano de amargura, al acercarse la muerte. Insultado y ultrajado por los judíos, clamasteis en alta voz que habíais sido abandonado por Vuestro Padre Celestial, diciéndole: “Dios Mío, Dios Mío, ¿por qué me has abandonado?”
Por esta angustia, Os suplico, Oh mi Salvador, que no me abandonéis en los terrores y dolores de mi muerte. Amén

Décima Oración

Padre Nuestro – Ave María

¡Oh Jesús, Principio y Fin de todas las cosas, Sois la Vida y la Virtud plena! Acordaos que por causa nuestra fuisteis sumergido en un abismo de penas; sufriendo dolor desde la planta de los Pies hasta la cima de la Cabeza. En consideración a la enormidad de Vuestras Llagas, enseñadme a guardar, por puro amor a Vos, todos Vuestros Mandamientos; cuyo camino de Vuestra Ley Divina es amplio y agradable para aquellos que os aman. Amén

Undécima Oración

Padre Nuestro – Ave María

¡Oh Jesús! ¡Abismo muy profundo de Misericordia! En memoria de las Llagas que penetraron hasta la médula de Vuestros Huesos y Entrañas, para atraerme hacia Vos, presento esta súplica. Yo, miserable pecador, profundamente sumergido en mis ofensas, pido que me apartéis del pecado. Ocultadme en los huecos de Vuestras Llagas; hasta que Vuestra cólera y justísima indignación hayan cesado. Amén

Duodécima Oración

Padre Nuestro – Ave María

¡Oh Jesús, Espejo de la Verdad, Sello de la Unidad, y Vínculo de la Caridad! Acordaos de la multitud de Llagas con que fuisteis herido, desde la Cabeza hasta los Pies. Esas Llagas fueron laceradas y enrojecidas. Oh, dulce Jesús, por la efusión de Vuestra Adorable Sangre. ¡Oh, qué dolor tan grande y repleto habéis sufrido por amor a nosotros, en Vuestra Carne Virginal! ¡Dulcísimo Jesús! ¿Qué hubo de hacer pos nosotros que no habéis hecho? Nada falta. ¡Todo lo habéis cumplido! ¡Oh Amable y Adorable Jesús! Por el fiel recuerdo de Vuestra Pasión, que el Fruto meritorio de Vuestros Sufrimientos sea renovado en mi alma. Y que en mi corazón Vuestro Amor aumente cada día; hasta que llegue a contemplaros en la Eternidad. ¡Oh amabilísimo Jesús! Vos Sois el Tesoro de toda alegría y dicha verdadera, que Os pido concederme en el Cielo. Amén.

Décimo tercera Oración

Padre Nuestro – Ave María

¡Oh Jesús, Fuerte León, Rey Inmortal e Invencible! Acordaos del inmenso dolor que habéis sufrido cuando, agotadas todas Vuestras Fuerzas, tanto moral como física, inclinasteis la Cabeza y dijisteis: “Todo está consumado.”
Por esta angustia y dolor, Os suplico, Señor Jesús, que tengáis piedad de mí en la hora de mi muerte; cuando mi mente estará tremendamente perturbada y mi alma sumergida en angustia. Amén.

Décimo cuarta Oración

Padre Nuestro – Ave María

¡Oh Jesús, Único Hijo del Padre Celestial, Esplendor y Semejanza de Su Esencia! Acordaos de la sencilla y humilde recomendación que hicisteis de Vuestra Alma, a Vuestro Padre Eterno, diciéndole: “¡Padre, en Tus Manos encomiendo Mi Espíritu!” Desangrado Vuestro Cuerpo, destrozado Vuestro Corazón, y abiertas las Entrañas de Vuestra Misericordia para redimirnos, habéis expirado. Por Vuestra Preciosa Muerte, Os suplico, Oh Rey de los Santos, confortadme, Socorredme, para resistir al demonio, la carne y al mundo. A fin de que, estando muerto al mundo, viva yo solamente para Vos. Y a la hora de mi muerte, recibid mi alma peregrina y desterrada que regresa a Vos. Amén.

Décimo quinta oración

Padre Nuestro – Ave María

¡Oh Jesús, Verdadera y Fecunda Vid! Acordaos de la abundante efusión de Sangre que tan generosamente habéis derramado de Vuestro Sagrado Cuerpo. Vuestra Preciosa Sangre fue derramada como el jugo de la uva bajo el lagar.
De Vuestro costado perforado por un soldado, con la lanza, ha brotado Sangre y Agua, hasta no quedar en Vuestro Cuerpo gota alguna. Finalmente, como un haz de mirra, elevado a lo alto de la Cruz, la muy fina y delicada Carne Vuestra fue destrozada; la Substancia de Vuestro Cuerpo fue marchitada y disecada la Médula de Vuestros Huesos.
Por esta amarga Pasión, y por la efusión de Vuestra Preciosa Sangre, Os suplico, Oh Dulcísimo Jesús, que recibáis mi alma cuando yo esté sufriendo, en la agonía de mi muerte. Amén.
Conclusión
¡Oh Dulce Jesús! Herid mi corazón, a fin de que mis lágrimas de amor y penitencia me sirvan de pan, día y noche. Convertidme enteramente Oh Mi Señor, a Vos. Haced que mi corazón sea Vuestra Habitación Perpetua, Y que mi conversación Os sea agradable. Que el fin de mi vida Os sea de tal suerte loable, que después de mi muerte pueda merecer Vuestro Paraíso; y alabaros para siempre en el Cielo, con todos Vuestros Santos. Amén

LAS PROMESAS

• Libraré del Purgatorio a 15 almas de su parentela o linaje
• 15 almas de su parentela o linaje serán preservadas y confirmadas en la gracia
• 15 pecadores de su linaje serán convertidos
• El que rezare estas Oraciones, alcanzará el primer grado de la perfección
• 15 días antes de su muerte, le daré el alimento de Mi Sagrado Cuerpo, para que se escape del hambre eterno; y le daré de beber de Mi Preciosísima Sangre, para que no padezca de sed eternamente.
• 15 días antes de su muerte, sentirá contrición profunda por todos sus pecados; y tendrá conocimiento perfecto de todas sus culpas.
• Yo pondré el Signo de Mi Victoriosa Cruz delante de él, para que sea su amparo y defensa contra las asechanzas de sus enemigos.
• Antes de su muerte, vendré a él con Mi Carísima y Bien Amada Madre.
• Benignamente recibiré su alma; y le conduciré a las delicias eternas.
• Y habiendo conducido a esta alma hasta las Mansiones Eternas, allí le daré de beber del Manantial de Mi Divinidad; cosa que no haré con los que no hayan recitado Mis Oraciones.
• Haz saber que el que haya vivido en estado de pecado mortal aun por 30 años, si rezare devotamente estas Oraciones, o si hubiese propuesto rezarlas, el Señor le perdonará todos sus pecados.
• Yo le defenderé contra graves tentaciones
• Preservaré y guardaré sus 5 sentidos.
• Le preservaré de una muerte repentina.
• Su alma será librada de la muerte eterna.
• Esta alma obtendrá todo cuanto le pidiere a Dios y a la Santísima Virgen
• Si ha vivido haciendo su propia voluntad durante toda su vida y si debiera morir al día siguiente, Yo le prolongaré su existencia para que se confiese bien.
• Cada vez que un alma rezare estas oraciones, ganará 100 días más de indulgencia.
• Se le asegura que será colocado junto al Supremo Coro de los Santos Angeles.
• Al que enseñare estas Oraciones a otra persona, se le asegura gozo continuo; y el mérito perdurable por toda la eternidad.
• Dondequiera que se rezaren estas Oraciones, o si se rezan en algun tiempo futuro, allí estará Dios presente con Su Gracia

ADVERTENCIA

La gente no debe pensar que se puede vivir como se quiere y que estas oraciones son una garantía para irse al Cielo. Se debe vivir con Dios con toda sinceridad mientras reza estas oraciones y de ahí para adelante, porque el alma que piensa que puede ser más lista que la Luz de Dios, se llevará una sorpresa muy incómoda y desagradable cuando llegue el tiempo de seguir su camino. No olvidar que Dios penetra los corazones a cada instante. Dios siempre nos ve y nos escucha.

RECOMENDACIONES

1.- Rezar antes del atardecer, si lo dejas para más tarde, luego puedes estar muy cansado por las tareas del día y es fácil que te olvides de rezar o te quedes dormido.

2.- El rezo de las oraciones insume unos veinticinco minutos, cuanto más compenetrado espiritualmente, menos tiempo lleva.

3.- Se rezan las quince oraciones cada día, no una oración cada día.

4.- En caso de enfermedad grave, puede rezarla otra persona al lado de la cama y el enfermo deberá ir repitiendo mentalmente. Solamente mientras se encuentre gravemente enfermo.

5.- Se reza ante un Crucifijo, en su defecto frente a una estampa de Jesús o con la mente puesta en su Divino Rostro y en sus Santas LLagas.
(aunque vayan terminando el mes doce, ¿se saltaron un día? ¡No sirve!. Tienen tiempo, en caso de olvido, después de las 12:00 de la noche, hasta la madrugada, antes del alba). O sea antes de que salga el sol

oración de brigada la de los 12 años

ORACIÓN INICIAL

Oh Jesús, ahora deseo rezar la oración del Señor siete veces junto con el amor con que Tú santificaste esta oración en Tu Corazón. Tómala de mis labios hasta Tu Sagrado Corazón. Mejórala y complétala para que le brinde tanto honor y felicidad a la Trinidad en la tierra como Tú lo garantizaste con esta oración. Que esta se derrame sobre Tu santa humanidad para la glorificación de Tus dolorosas heridas y la preciosísima Sangre que Tú derramaste de ellas. Amén

1. LA CIRCUNSICIÓN

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria

Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, Te ofrezco las primeras heridas, los primeros dolores y el primer derrame de Sangre como expiación de los pecados de mi infancia y de toda la humanidad, como protección contra el primer pecado mortal, especialmente entre mis parientes.

2. LA AGONÍA DE JESÚS EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria

Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco el intenso sufrimiento del Corazón de Jesús en el Huerto de los Olivos y cada gota de sudor de sangre como expiación de mis pecados del corazón y los de toda la humanidad, como protección contra tales pecados y para que se extienda el amor divino y fraterno.

3. LA FLAGELACIÓN

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria

Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco las muchas miles de heridas, los terribles dolores y la preciosísima sangre de la flagelación como expiación de mis pecados de la carne y los de toda la humanidad, como protección contra tales pecados y la preservación de la inocencia, especialmente entre mis parientes.

4. LA CORONACIÓN DE ESPINAS

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria

Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco las heridas, los dolores y la preciosísima sangre de la sagrada cabeza de Jesús luego de la coronación de espinas, como expiación de mis pecados del espíritu y los de toda la humanidad, como protección contra tales pecados y para que se extienda el reino de Cristo aquí en la tierra.

5. CARGANDO LA CRUZ

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria

Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco los sufrimientos en el camino a la cruz, especialmente la santa herida en su hombro y la preciosísima sangre como expiación de mi negación de la cruz y la de toda la humanidad, todas mis protestas contra tus planes divinos y todos los demás pecados de palabra, como protección contra tales pecados y para un verdadero amor a la cruz.

6. LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria

Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco a Tu Hijo en la cruz, cuando lo clavaron y lo levantaron, las heridas en sus manos y en sus pies y los tres hilos de la preciosísima sangre que derramó allí por nosotros, las extremas torturas del cuerpo y del alma, su muerte preciosa y su renovación no sangrienta en todas las santas misas de la Tierra, como expiación de todas las heridas contra los votos y normas dentro de las Órdenes, como reparación de mis pecados y los de todo el mundo, por los enfermos y moribundos, por todos los santos sacerdotes y laicos, por las intenciones del Santo Padre por la restauración de las familias cristianas, para el fortalecimiento de la Fe, por nuestro país y por la unión de todas las naciones en Cristo y su Iglesia, así como también por la diáspora.

7. LA LLAGA DEL COSTADO DE JESÚS

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria

Padre Eterno, acepta como dignas, por las necesidades de la Santa Iglesia y como expiación de los pecados de toda la humanidad, la preciosísima sangre y el agua que manó de la herida del Sagrado Corazón de Jesús. Sé misericordioso para con nosotros. ¡Sangre de Cristo, el último contenido precioso de su Sagrado Corazón, lávame de todas mis culpas de pecado y las de los demás! ¡Agua del costado de Cristo; lávame totalmente de las penitencias del pecado y extingue las llamas del Purgatorio para mí y para todas las almas del Purgatorio! Amén

estas oraciones, como le han sido dadas por el Señor a Santa Brígida, deben rezarse durante 12 años. En caso que la persona que las rece muera antes que pasen los doce años, el Señor aceptará estas oraciones como si se hubieran rezado en su totalidad. Si se saltase un día o un par de días con justa causa, podrán ser compensadas al final de los 12 años.

Esta devoción ha sido declarada buena y recomendada tanto por el Sacro Collegio de Propaganda Fidei, como por el Papa Clemente XII. El Papa Inocencio X confirmó esta revelación como “venida del Señor”.

PROMESAS

1. El alma que las reza no sufrirá ningún Purgatorio.2. El alma que las reza será aceptada entre los mártires como si hubiera derramado su propia sangre por la fe.3 El alma que las reza puede (debe) elegir a otros tres a quienes Jesús mantendrá luego en un estado de gracia suficiente para que se santifiquen. (*)4. Ninguna de las cuatro generaciones siguientes al alma que las reza se perderá.5. El alma que las reza será consciente de su muerte un mes antes de que ocurra.

(*) Escribir los tres nombres (personas vivas) en un papel y guardarlo. Los nombres no se pueden cambiar.

Algunas interrogantes

1. ¿Puedo esperar algunos o muchos años hasta el final de mi vida para comenzar a rezarlas y así evitarme los doce años?Respuesta: No

2. ¿Puedo esperar estar afectado por alguna enfermedad terminal, para comenzar a rezarlas y así evitarme los doce años?Respuesta: No

3.- Si por olvido o por otro motivo, pasan las doce de la noche, ¿Se considera ese día como perdido?
Respuesta: Se puede extender el plazo hasta el día siguiente, antes del alba, válido para el día anterior. Lógicamente que se debe volver a rezar durante el día para el día correspondiente. Esta extensión se puede utilizar todas las veces que sea necesaria.

4.- ¿Cuáles son las “causas justificadas”?Respuesta: Por el simple olvido de uno o dos días, quizás por algún acontecimiento familiar o laboral. En caso de accidente o enfermedad que signifique gravedad o inconciencia, se puede recuperar ese plazo al final, aquí se justifica que pueda ser un plazo mayor. Cuando la persona se encuentre mejor, pedirle a alguien que las rece en voz alta e ir repitiendo mentalmente las oraciones. Lo que no es válido es rezar dos meses, dejar uno, rezar otros seis, dejar tres, ahí no sirve.

ADVERTENCIA

La gente no debe pensar que se puede vivir como se quiere y que estas oraciones son una garantía para irse al Cielo. Se debe vivir con Dios con toda sinceridad mientras reza estas oraciones y de ahí para adelante, porque el alma que piensa que puede ser más lista que la Luz de Dios, se llevará una sorpresa muy incómoda y desagradable cuando llegue el tiempo de seguir su camino. No olvidar que Dios penetra los corazones a cada instante. Dios siempre nos ve y nos escucha.