Gregor B., un hombre de mediana edad, fue admitido el 23 de abril en la sala de emergencias del Hospital Católico de María, situado en Wesel (Alemania), con una obstrucción intestinal.
Se prepare una operación de emergencia. Gregor pidió confesarse y recibir la unción de los enfermos. Un médico trató de encontrar un sacerdote, pero volvió con una noticia negativa: “No se puede, es imposible”. Todos los sacerdotes estaban escondidos a causa del coronavirus.
Gregor comenzó a rezar. De repente el padre Pío se paró al costado de su cama, tal como más tarde Gregor le dijo al padre Paul Spätling, quien describió el incidente en una carta fechada el 16 de mayo, dirigida a Gloria.tv y a la Conferencia Episcopal Alemana.
Desde el comienzo el padre Pío reveló pecados que Gregor nunca había confesado. Después levantó su mano, en la que Gregor vio una luz. El padre Pío pronunció las palabras de absolución y le dio su bendición sacerdotal.
Posteriormente el padre Pío ungió la frente de Gregor [lo …Más