Durante su audiencia general del 5 de junio, Francisco se quejó de una "estrechez dogmática en la Iglesia", pero los pocos turistas que había en la plaza no tenían ni idea de a qué se refería.
Su supuesto "Espíritu Santo" no se puede "meter en una caja" ni "encerrar" (¿alguien ha dicho eso?), ni en conceptos ni en tratados. Esta teoría será bien recibida por muchos porque significa que todos los textos que Francisco produjo durante su estancia en Roma son basura y pueden desecharse.
Francisco repite que en el ámbito eclesial existe "la tentación de encerrar al Espíritu Santo en doctrinas, instituciones y definiciones", aunque todo el mundo trabaja con "doctrinas" y "definiciones", lo admita o no. Francisco, por ejemplo, se traga todas las doctrinas y definiciones de los oligarcas decadentes.
El "Espíritu" crea y anima las instituciones, pero Él mismo no puede ser "institucionalizado", burbujeó Francisco, que ha convertido a la Iglesia no sólo en una "institución", sino en un régimen.
…Más