ESQUIZOFRENIA O MENTIRAS O SIMPLEMENTE ESTRATEGIA

Radio Domina Nostra
1 9 d e m a r z o a l a s 1 9 : 0 2 ·

Por lo tanto, parece que el mundo católico, ahora decadente en todos los aspectos, se ha vuelto loco tras el anuncio de la consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María por parte de Bergoglio el 25 de marzo.
Un entusiasmo irrazonable terminó por involucrar y finalmente alinear las mentes en torno al próximo movimiento del antipapa Bergoglio.
Sin embargo, aunque sólo sea a nivel lógico, habría sido fácil demostrar, como ahora lo haré, que se trata de un gesto estudiado como un movimiento mediático estratégico, para catalizar a su alrededor la ola emocional debida a la guerra de Ucrania.
En el mensaje de Fátima de 1917, la Santísima Virgen pidió explícitamente la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, precisando así que ese era el plan de Dios ¿Por qué consagrar Rusia a Nuestra Señora y no al Señor? Teológicamente sólo hay una respuesta: porque María es corredentora, es una poderosa mediadora ante el trono de Dios, porque ella, como Madre del Redentor, tiene un poder de intercesión que el mismo Dios sugiere a los hombres.
¿Bergoglio cree esto? No. Efectivamente, como excelente hereje que es, capaz de disfrazarse, pero también, al mismo tiempo, de revelarse, ha tenido la oportunidad de distanciarse de esta clarísima revelación.
Yendo a Fátima en mayo de 2017, pudo exclamar, casi como un líder luterano: "la Virgen María del Evangelio, venerada por la Iglesia orante, o más bien una María esbozada por sensibilidades subjetivas que la ven sujetando el brazo verdugo de Dios dispuesto a castigar: una María mejor que Cristo, visto como un Juez despiadado; más misericordioso que el Cordero sacrificado por nosotros?”. Como puede verse, Bergoglio coloca aquí un contraste inexistente entre Jesús y María, y sobre todo interpreta la petición y el mensaje de Fátima como una alternativa no menor al Evangelio. No es fruto de una operación imaginativa que en el mensaje de Fátima haya precisamente esta detención del brazo de la justicia divina por parte de la Santísima Virgen. Viene a pedir la consagración precisamente para prevenir los castigos debidos a los pecados de los hombres.
En la web oficial de la Santa Sede se ha eliminado lo que Bergoglio pudo añadir de improviso: "Prefiero a la María del Evangelio a esta María que amenaza con castigos". ¿Hubo alguna vez un contraste entre los dos momentos? ¿Acaso la Reina del Rosario es algo diferente a la María de los Evangelios? Sobre todo, en Fátima, la Santísima Virgen se revela como Reina del Rosario, mientras que Bergoglio, en sus pronunciamientos marianos (siempre irreverentes por decir lo menos), en una delirante homilía, declara que María nunca quiere ser llamada reina, sólo una discípula y madre. Entonces, ¿no es Fátima real? Porque allí la Santísima Virgen se presentó precisamente como la Reina del Rosario. ¿Entonces? Ahora está la consagración. ¿Ha cambiado de opinión Bergoglio? ¿Ha cambiado de opinión? ¿O no es cierto que Nuestra Señora se proclamó Reina en Fátima?
Necesitaríamos claridad, pero ahora están todos envueltos en la niebla de la ceguera.
Por tanto, si no se niega la lógica, Bergoglio ha demostrado que rechaza o al menos deja de lado el mensaje de Fátima, como inútil subjetivismo antievangélico, y la petición de consagración al Inmaculado Corazón (hecha para evitar castigos), ha negada por una visión luterana, la de María única discípula y madre, ahora Bergoglio en persona la propone al mundo entero.
Por otra parte, siempre en el plano teológico, consagrar Rusia al Inmaculado Corazón significa reconocer el papel privilegiado de mediación que María ha recibido de Dios, ella puede obtener, como decíamos, la paz y la salvación de los pueblos, porque ella debe María, que Dios pide consagrarse. Pero este Bergoglio que, recitando una farsa, hará la consagración, es el mismo que, nuevamente en uno de sus pronunciamientos antimarianos, y fue el 12 de diciembre de 2018, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, pudo decir sobre la Corredentora: “no nos perdamos en tonteras”, que significa “no nos perdamos en tonterías”. Entonces, ¿qué pasó ahora? Porque luego agregó: “no espera otra cosa”. Pero si no esperas otra cosa, y ella sólo quiere ser llamada discípula y madre -y por eso todos los demás títulos son excesivos- ¿por qué en Fátima se presenta precisamente como Reina y hasta pide la consagración a su Inmaculado Corazón? Pero, ¿no es Fátima para Bergoglio, como él mismo dijo, una "proyección subjetiva" de los pastorcitos?
¿Hay alguien que se dé cuenta de estas monstruosas contradicciones de un falso papa que dice una cosa y hace otra? ¿Hay alguien dispuesto a razonar?
No, todas las mentes se han vuelto locas detrás de un hombre de Iglesia que, haciéndose pasar por el Papa durante nueve años, muestra claros signos de esquizofrenia o, quizás, peor, de fuerza engañosa malévola...

Don Minutella